Por Félix Cortés Camarillo
Though nothing, nothing will keep us together
We can beat them forever and ever
Oh, we can be heroes just for one day.
David Bowie, Heroes
Nadie parece tener duda de que fue la crispación permanente de la sociedad mexicana, la frustración por el sistema de partidos y la corrupción protegida por él lo que propició el resultado de las elecciones de julio de este año y el cambio resultante en los altos y medios mandos de la nación. También es indiscutible que muchos pensamos que el advenimiento de una administración nueva debió haber conducido a una reconciliación nacional y que cada uno de los ciudadanos iba a aportar lo mejor de su capital intelectual y ético para una regeneración nacional, como reza el nombre del eje central de la coalición ganadora.
Nada de eso ha sucedido; por el contrario, la polarización y la descalificación de todo aquel que no coincida con el ideario de los triunfadores está a la orden del día. Las acusaciones de pirruris, fifís son frecuentes. Por el otro lado, y al amparo del anonimato cómplice de las cobardes redes sociales, los resentidos se vuelcan a las insinuaciones tan rastreras como infundadas. Eso ha sido patente en la secuela de la muerte de la gobernadora de Puebla y su marido, al desplomarse el helicóptero en que viajaban.
La reacción del presidente López ha sido igualmente desafortunada. Acusar de neofascistas y mezquinos a los que han difundido insinuaciones sobre el involucramiento de la autoridad en el supuesto derribo del fatal aparato solamente ha añadido combustible a una hoguera que no merecía haber crecido. Cambiar el término mezquinos por canallas no ayuda a ningún tipo de reconciliación. Hubiera sido un buen gesto si el presidente López se hubiera apersonado en la ceremonia fúnebre. Hubiera sido, pero no lo fue. Igual lo hubieran abucheado como lo hicieron con la secretaria de Gobernación, pero en la política no todas las tardes son de aplausos y elogios. Eso lo debería ya haber aprendido el Presidente.
Alimentar la crispación y las posturas polarizadas de uno y otro lado no es lo que se espera de un Presidente que debe ser de todos los mexicanos, no solamente de los 30 millones que por él votaron; el tiempo para dejar de ser un candidato en campaña, para transformarse en un presidente en ejercicio precisamente de la regeneración nacional, está agotándose demasiado rápido. La frustración recurrente está a la vuelta de la esquina, cada vez es más evidente que las promesas de campaña fueron lo que siempre han sido, simplemente promesas.
De manera especial, cuando los vicios del pasado se replican. Las matutinas y casi cotidianas conferencias de prensa sin motivo alguno que la exposición obligada de las actitudes presidenciales recuerdan mucho a los mexicanos viejos, los actos interminables de Luis Echeverría y el culto a la personalidad de López Portillo. Como decían las abuelas, lo bueno, cuando breve, es dos veces bueno. Es hora de enterrar las armas de combate y encender pipas de paz en diferentes rumbos. La popularidad de los rijosos suele ser breve.
PILÓN.- El descontento por el fondo y la forma del despido de centenares de funcionarios del Servicio de Administración Tributaria, algunos de ellos con decenas de años en el servicio público, es solamente la punta de un glaciar que tiene mucho abajo. La interpretación mecánica y en automático de la instrucción de poner en efecto una administración austera y ahorrativa está causando un despido importante de funcionarios públicos no sindicalizados. Muchos de ellos, sin duda alguna, el pasado julio votaron por Morena y creyeron que la gasolina iba a bajar de precio y otras piedras de molino. Como dice la historia atribuida a Bertolt Brecht: cuando vinieron por los judíos no protesté porque yo no soy judío; cuando vinieron por los homosexuales no protesté porque yo no soy homosexual; cuando vinieron por los gitanos no protesté porque yo no soy gitano. Cuando vinieron por mí…
De la misma forma están despidiendo a los burócratas no sindicalizados que votaron por el partido, hoy, en el poder. Mañana serán otros. INformación Excelsior.com.mx