Por Francisco Garfías
Aparecí en el top ten de los columnistas mencionados por López Obrador. El propio Presidente presentó una lista de alrededor de 60 colegas que no le aplauden, en la mañanera de ayer.
Quería demostrar que es medalla de oro en los ataques de la prensa a los presidentes, desde la época de Francisco I. Madero, hace 110 años. Y al mismo tiempo intimidar.
Intélite, empresa especializada en el análisis de la información, revisó 148 columnas, de las cuales 95 hablan sobre el gobierno. Hubo 11 positivas, 21 neutrales y 63 negativas.
La empresa me atribuye cuatro notas negativas, una neutra y ninguna positiva. Supongo que en espacio de una semana.
Eso me ubica en noveno lugar entre los que se rehúsan a hacerle caravanas al primer mandatario. De no ser por la columna calificada neutra, estaría en quinto.
El gesto de López Obrador me confirmó que concibe las críticas como militancia en su contra por periodistas que tienen intereses mezquinos.
No admite la existencia de una crítica honesta, derivada de errores en su administración, que los hay.
Le molesta que no seamos de su corte de aduladores. Ésos que todo aplauden cada mañana, sin cuestionar los otros datos.
México tendrá tres nuevos partidos. Los tres aliados del Presidente: Redes Sociales Progresistas, ligado a Elba Esther Gordillo; Fuerza Social por México, del líder sindical Pedro Haces, y Encuentro Solidario, de corte religioso.
El INE les había negado el registro por afiliaciones gremiales y donativos opacos. El TEPJF dio reversa y se los otorgó.
Iremos a las elecciones de 2021 con diez partidos —Morena, PAN, PRI, MC, PRD, PT, PVEM, RSP, FSM y PES—, pero con menos pluralidad. Se perfilan dos bloques: los pro y los anti 4T.
Seis partidos son aliados de López Obrador. Sólo cuatro opositores. Estos están agrupados en el llamado Bloque de Contención.
Mención aparte merece México Libre, de Margarita Zavala y Felipe Calderón. El TEPJF se alineó al INE. Ratificó la negativa de otorgar el registro que le había sido negado por supuestas donaciones opacas.
“Al no acreditar el origen de las aportaciones en efectivo atentó contra principios en materia de fiscalización, lo cual resultó determinante para la no concesión de su registro”, justificó el Tribunal en un comunicado.
De inmediato las reacciones de los implicados:
“Se consumó la arbitrariedad. Los partidos afines a López Obrador obtuvieron su registro. A la única voz opositora verdaderamente ciudadana, México Libre, se le negó de la manera más absurda. Avanza autoritarismo”, escribió en Twitter Felipe Calderón.
Margarita Zavala: “Es injusto, inconstitucional, incongruentes”. Y más: “A todos los que están afines al gobierno se les dio el registro. A la única voz opositora, México Libre, se le negó. Criterios absurdos, seguiremos en la lucha”.
¿Mano negra? Hay motivos para sospechar. López Obrador jura que no se metió.
“Antes, los presidentes decidían a quién darle un registro, a quién no; ya eso pasó al basurero de la historia. Ya no se aplica”, dijo en la mañanera.
El Bloque de Contención (PAN-PRI-MC-PRD) afina su estrategia para evitar la eliminación de 109 fideicomisos que apoyan ciencia, tecnología, deporte y cultura.
El plan A consiste en convencer a 15 senadores de la coalición mayoritaria para que se opongan a la entrega de los 68 mil millones de pesos que significan esos fideicomisos al gobierno de López Obrador.
“La idea es hablar en lo personal con cada uno de los senadores para convencerlos de votar por la desaparición de los fideicomisos. En el PT se nos puede abrir una coyuntura”, nos dijo el senador panista de Aguascalientes, Antonio Martín del Campo.
Hay un plan B. Ir a una controversia constitucional en la SCJN, junto con los diez gobernadores de la Alianza Federalista, en caso de que el cabildeo no tenga éxito.
Saben que hay “cierta sumisión” en la SCJN frente al Ejecutivo, pero Martín del Campo recordó la máxima del prócer panista Manuel Clouthier: “Sólo está derrotado aquel que ha dejado de luchar”.Información Excelsior.com.mx