Por Jorge Fernández Menéndez
Los hechos ocurridos en Plaza Artz confirman que México, en general, y la Ciudad de México, en particular, se han convertido en centros de operación de muchas mafias internacionales, asociadas o no, a los grupos criminales nacionales.
Los dos comensales asesinados la tarde de ayer por una mujer identificada como Esperanza N son dos delincuentes israelíes reconocidos y uno de ellos con larga historia criminal. La detenida argumentó razones pasionales, algo ya desechado por las autoridades en un operativo cometido con por lo menos cinco personas, con armas largas, ella con una Glock calibre 10, además de la operación de distracción que ocurrió minutos antes en el estacionamiento del centro comercial, donde dos hombres hicieron algunos disparos con la intención de concentrar fuerzas de seguridad.
Se trata de Alon Azulay y de quien se identificaba en México como Jony Ben, cuando su verdadero nombre es Ben Sutji, quien había sido liberado de una cárcel en Israel hace apenas seis meses, acusado de asesinato y que llegó a México porque, según la prensa de ese país, aquí tenía una novia. Pero también tenía socios: uno de ellos era Erez Akrishevsky, un personaje acusado de ser distribuidor de cocaína en Polanco y que fue extraditado de México hace apenas una semana. También, siempre según la prensa de Jerusalem, tenía relación con otro grupo criminal ligado a Ben Cohen e Itzik Cohen, enfrentados a su vez con el grupo criminal de los Mosley Brothers, los Cohen y los Mosley son dos de las principales bandas criminales de Israel. Todos estos grupos y personajes pertenecen al mundo del tráfico de cocaína y otras drogas.
Desde 2013 siete bandas se disputan el control del crimen organizado en Israel y han conmocionado al país con ajustes de cuentas muy similares al ocurrido en Plaza Artz y con ataques recíprocos con bombas. Cuando se divulgaron los documentos del departamento de Estado de la Unión Americana vía Wikileaks, un largo memorándum secreto de la embajada de EU en Israel, enviado a las autoridades de su país se titulaba Israel, la tierra prometida del crimen organizado. Explicaba que mientras las fuerzas de seguridad y militares estaban enfocadas en los ataques palestinos y de otras fuerzas árabes contra Israel, el crimen crecía y se desarrollaba, sobre todo, como puente con otros países.
En el largo documento se describe la operación del crimen organizado en Israel y se destaca su internacionalización. “Criminales árabes y judíos israelíes, dice el documento firmado por Cunninghum, cooperan normalmente y forman alianzas para expandir el lucrativo negocio de las drogas, robo de coches, chantaje y extorsión… Incluso fronteras cerradas y enemigas ponen pocas dificultades a los grupos mafiosos… el 43 por ciento de la heroína interceptada en 2008 fue pasada de contrabando desde Líbano, el 37 por ciento desde Jordania, y el 12 por ciento desde Egipto… Mafias Israelíes operan libremente en Estados Unidos. Dado el volumen de viajes y negocios entre Estados Unidos e Israel, no es sorprendente que la mafia israelí haya puesto un pie en América. Durante la última década, reportajes en los medios han detallado una serie de casos notorios relacionados con el crimen organizado que van desde venta de droga a gran escala hasta el asesinato… Los investigadores han relacionado a Yitzhak Abergil y toda su red con delitos de desfalco y malversación de fondos, extorsión, secuestro y lavado de dinero. Yitzhak Abergil está actualmente bajo arresto en Israel y enfrentándose a la extradición por cargos que le relacionan con el asesinato del traficante de droga Samy Attias en suelo estadunidense… De manera diferente a las Mafias de la antigua Unión Soviética, Italia, China y América Central, la aplicación de INA 212 contra el crimen organizado israelí no está específicamente autorizada por el Manual de Asuntos Exteriores (Foreign Affairs Manual 40.31 N5.3). Por ello, israelíes bien conocidos por trabajar o pertenecer a familias mafiosas no son automáticamente rechazados para viajar a los Estados Unidos”.
Esta es parte del documento divulgado entonces por Wikileaks. Poco después el Miami Herald divulgó que la mafia israelí había sido clave en el lavado de dinero del cártel de Cali y que estuvo íntimamente ligada con ese grupo criminal.
Lo cierto es que han pasado los años y esas organizaciones han seguido desarrollándose, creciendo y evidentemente ya operan, también, en México.
PD: nos tomaremos unos días de descanso. Razones volverá publicarse en una semana, el lunes 5 de agosto. Información Excelsior.com.mx