Por Yuriria Sierra
Indiscutible: la PGR no debió difundir el video del momento en que Ricardo Anaya acudió a entregar su declaración. La Procuraduría estaba obligada a mantenerse al margen para evitar que se ensuciara el camino de un proceso electoral que, por sí solo, se antojaba complicado. Qué manera de mover la agenda hacia un lugar innecesario. Porque el tema era, es, que alrededor de uno de los candidatos presidenciales hay indicios de lavado de dinero. Pero qué importa que se lave dinero, qué importa que la PGR se entrometa. De todos modos, el de junto siempre gana, siempre cometerá una falta todavía mayor, con total soltura, sin un ápice de vergüenza. Ya no les importa quedar expuestos.
No les preocupa retomar al corrupto líder de los mineros, porque los de enfrente tienen al petrolero. Tampoco les da pena recibir el apoyo de la exlíder magisterial, porque los otros ya la exprimieron todo lo que pudieron. O fichan al exdelegado en Cuauhtémoc con dudosa reputación en la campaña, apenas para un tú por tú con el exgobernador coahuilense vuelto secretario de organización de un partido.
El escenario político se volvió eso, un concurso sobre quién tiene menos escrúpulos.
Ayer, en redes sociales se compartía la imagen de Damián Zepeda viajando en un vuelo de primera clase. Qué valor, cuando uno de los temas de la campaña es el combate a la pobreza —como su mismo candidato lo ha dicho—, pero a él no le importó. Es líder de partido, pensará, ni modo de viajar en turista. Qué importa lo que cueste. Que siga el despilfarro. Ya ni porque un candidato presidencial viajaba en el mismo avión, aunque él sí en un modesto asiento.
En las últimas semanas la agenda de la intercampaña se ha desviado de los temas que deberían importarnos a todos, empezando por los protagonistas de la contienda. Si bien la ley electoral impide que los candidatos expongan sus propuestas, la idea de tener un break entre la precampaña y la última etapa del proceso electoral es que cada uno de los abanderados trabaje en la manera en cómo éstas serán expuestas, que pulan su imagen frente a los electores, que se encarguen de crear alrededor de su figura una estructura que genere confianza. Nada de eso está sucediendo.
Los lopezobradoristas hacen malabares mentales para justificar la adhesión de Napoleón Gómez Urrutia. Los frentistas no paran en la defensa de su candidato. Cuando todo debería tratarse de que lo presumieran, se limitan a decir que no lavó dinero, que no plagió el speech de un ted talk para su toma de protesta. El PRI pone en duda, incluso, el trabajo de la Auditoría Superior de la Federación sobre las irregularidades encontradas en la Sedesol. Aunque, vale decir, en lo revelado no hay un solo elemento que involucre directamente a José Antonio Meade. Quien es el único, hasta hoy, que va limpio en la carrera. El único lastre que tiene, que no es cualquiera, es que esté respaldado por una marca como la priista.
Y es que hasta los independientes. Que si cómo le hicieron para lograr sus firmas. Que si Ríos Piter creció de un día para otro; que si El Bronco usó recursos y personal de su gobierno para buscar apoyos, que si lo hizo mediante engaños; o que si Margarita Zavala tiene cinco minutos fuera del PAN y su discurso es como si toda su vida haya sido apartidista.
La campaña se está convirtiendo en una exposición grotesca de quienes le apuestan porque en el país lo único que permanezca sea la impunidad. Y al paso que vamos, ya vemos totalmente normalizada la sinvergüenza. El tema es por cuál iremos a votar en julio…
ADDENDUM. Van cinco propuestas para el combate a la inseguridad de nuestro país: 1) Regresar la Secretaría de Seguridad Pública, que sea la policía, no del Ejército o la Marina, quien proteja a los ciudadanos; 2) establecer un servicio policial nacional para integrar todas las fuerzas policiacas del país, con el propósito de crear una sola policía; 3) tener una política nacional de costo-beneficio para medir cuánto cuesta la seguridad pública en cada estado y municipio y cuál es el retorno de inversión; es decir, qué tanto disminuyen los delitos según el costo para combatirlos; 4) diseñar un protocolo de tolerancia cero para erradicar delitos menores, empezar por ahí como ejemplo de que la ley se aplica a todos por igual; y 5) la creación del Sistema Nacional de Prevención y Reinserción Social, que además permita que los centros penitenciarios sean sustentables, hasta privados. Estas ideas vienen de Alejandro Desfassiaux, actual presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada, A.C. Ahora que la intercampaña está tomando un rumbo cuestionable, valdría la pena que los candidatos le echaran un ojo… ¿O que una contienda no se trata también de la suma de ideas?
Información Excelsior.com.mx