Por Eduardo Ruiz-Healy
Al referirse a la pandemia de COVID-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo, durante su conferencia de prensa del martes pasado, lo siguiente: “… lo cierto es que ya es momento de que nos cuidemos, de que nosotros mismos nos cuidemos (…) hay que darle su lugar a la gente. El pueblo es mayor de edad, no hay que estarlo tutelando y mucho menos estarle diciendo: está prohibido esto o no hagas esto. Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”.
De acuerdo con los datos, muchos mexicanos no han hecho un buen uso de la razón para evitar ser infectados por el SARS-CoV-2 o una de sus variantes.
Los números así lo indican.
Con casi 129 millones de habitantes, el nuestro es el décimo país más poblado después de China, India, Estados Unidos, Indonesia, Pakistán, Brasil, Nigeria, Bangladesh y Rusia.
Sin embargo, por el número de vidas perdidas por la pandemia –246 203– México está en el cuarto lugar, después de EEUU (634 915), Brasil (564 890) e India (429 702).
Y a pesar de que el número de casos registrados por cada millón de habitantes es de apenas 22 984, lo que lo coloca hasta el lugar número 89 de la lista respectiva, México ocupa el tercer lugar en lo que a la tasa de fatalidad se refiere.
La tasa de fatalidad es el porcentaje que se obtiene de dividir el número de muertes por COVID confirmadas entre el número de casos confirmados y para nuestro país es de 8.15%, lo que significa que de cada 100 enfermos mueren poco más de ocho.
La tasa de fatalidad de México está debajo de las de Vanuatu (25.0%), Yemen (19.32%) y Perú (9.27), pero arriba de la de todos los demás países.
Que la tasa de fatalidad sea tan alta significa que las personas mueren debido a que no reciben algún cuidado médico o, si lo reciben, es inadecuado e ineficaz; muestra de la baja calidad del sistema de salud del país.
Y así, con estas pruebas de que millones de mexicanos no saben cuidarse, AMLO decidió desentenderse del problema para que cada persona se cuide según su mejor entender y nivel de conocimientos científicos.
Al hacerlo renegó de su obligación de cumplir y hacer cumplir con la Constitución y las leyes, tal como juró hacerlo al asumir su cargo.
El Artículo 4 de la Constitución establece que “Toda Persona tiene derecho a la protección de la salud” y es responsabilidad del Estado proteger ese y todos los demás derechos de las personas.
La Fracción XVI del Artículo 73 señala que “En caso de epidemias de carácter grave o peligro de invasión de enfermedades exóticas en el país, la Secretaría de Salud tendrá obligación de dictar inmediatamente las medidas preventivas indispensables…”.
No hay ley que diga que en caso de “epidemias de carácter grave o peligro de invasión de enfermedades exóticas en el país” cada uno de nosotros debe cuidarse porque es mayor de edad y que el Estado debe dejar de hacer lo que está a su alcance para proteger la salud de todos.
El miércoles se registraron 22 711 nuevos casos de COVID y 727 muertes por la enfermedad. Y cada día los números son mayores.
También ayer, la Organización Panamericana de la Salud señaló que México “está relajando” las medidas de prevención e higiene contra el COVID-19, lo cual causa un aumento constante de contagios. Lo que no mencionó es que AMLO se desentendió del asunto.
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Información Radio Fórmula
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