Mérida,.- El trabajo de los últimos 17 años de Gloria María Abarca Obregón, doctora en estudios de paz, conflictos y desarrollo (Cátedra UNESCO de Filosofía para la Paz, Universidad Jaume I, Castellón – España) se ha enfocado principalmente en transformar las prácticas docentes, desde la noviolencia; en el acompañamiento en procesos de duelo y restauración del tejido social en áreas y grupos que han sufrido de violencia estructural y cultural; en la investigación y divulgación de las tendencias en educación para la paz y transformación de conflictos, así como en proyectos creativos, culturales a nivel internacional, para compartir y visualizar los avances en cultura de paz propuestos por diversos grupos y comunidades.
Esta será su tercera visita a Yucatán donde impartirá el taller de “Educación para la paz” del 10 al 12 de mayo, dirigido a docentes de educación básica, en las instalaciones de la Escuela Modelo, y participará en el Conversatorio “Esfuerzos por la paz” el viernes 12 de mayo a las 9:00 hrs. en el campus de la Universidad Modelo. Estas actividades forman parte del Coloquio Internacional: Narrativas de Violencia y Paz organizado por el Ayuntamiento de Mérida a través de su programa de Mérida Capital Americana de la Cultura 2017 y, la Universidad Modelo con motivo de su XX Aniversario.
Previamente, en el 2014 y 2015 la Dra. Abarca fue invitada por la Escuela de Humanidades de la Universidad Modelo para impartir conferencias y talleres sobre educación para la paz, creación de redes y espacios de paz y convivencia. Estas intervenciones reforzaron las acciones de la línea de investigación que esta Escuela está trabajando desde el 2013; ya que en Yucatán, pese a la existencia de una atmósfera de tranquilidad y ausencia de violencia aparente, se observa la presencia de formas de violencia similares a otras regiones -como la intrafamiliar, de género y la escolar entre pares- y hay incluso ciertas señales de aumento en los índices de violencia social.
Como esta experiencia en Yucatán, la Dra. Gloria menciona otras vivencias enriquecedoras que han influido en su vida, como fue el trabajo en escuelas primarias en la zona de Tepito, de la Ciudad de México, donde las prácticas de violencia son cotidianas y normalizadas. También destaca su trabajo con estudiantes normalistas de la escuela de Villaflores en Chiapas, donde compartió herramientas para la transformación pacífica de conflictos y en Ciudad Juárez la intervención y seguimiento durante más de 5 años con grupos y asociaciones, docentes y jóvenes para desarrollar competencias en el manejo del duelo, la resiliencia, la restauración y el perdón. Y uno de sus logros más notables fue el proyecto “Un Mundo Teñido de Paz” que ganó, junto con Sahid Bahajin, el Premio por la Paz de la Ciudad de Castellón de la Plana, en el 2009.
Ha publicado números artículos para revistas y capítulos de libros sobre estos temas y participado en conferencias, seminarios y talleres a nivel internacional. Recientemente fue invitada por la Cátedra Unesco de Filosofía para la Paz, al Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz, en Madrid, España.
A Mérida regresa con la esperanza de abrir más espacios de paz y seguir ampliando lo que se inició en el 2015 y que ha tenido eco en diversos sectores, sobre todo el educativo.
Reconoce que “la paz cultural en Yucatán ha amortiguado, pero no está transformando” y señala que falta mucho por hacer, potencializar, empoderar a los docentes, a los niños y jóvenes; a las mujeres, a las familias y grupos vulnerables, para construir ciudadanía, generar redes de colaboración e intercambio, abrir más espacios de paz haciendo visibles los esfuerzos que realizan diversos grupos y fomentar que sigan creciendo estos proyectos.