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“México se encuentra al borde de una ‘oportunidad de por vida’, declaró audazmente el Bank of America en noviembre”, es una frase que el 2 de noviembre del año pasado se publicó en varios medios estadounidenses.
Dichos medios se referían a declaraciones hechas por Carlos Capistrán, el director gerente y jefe de Economía de Canadá y México en el Bank of America, quien dijo que “la crisis de la cadena de suministro, la ruptura de las relaciones entre EEUU y China y el acuerdo de libre comercio ya vigente entre EEUU y México han creado las condiciones para que se dé la ‘mejor oportunidad de crecimiento del país para los próximos 10 años’”.
Ese crecimiento lo promoverán cientos y hasta miles de fábricas de empresas estadounidenses que han decidido reubicarlas en México, ya sea desde China, el mismo EEUU u otros países.
El sitio especializado en cadenas de suministro www.freightwaves.com informó hace unos días que “Una encuesta reciente realizada por la consultora Capterra indica que en 2023 alrededor del 88 % de las pequeñas y medianas empresas estadounidenses reorganizarán sus cadenas de suministro para utilizar proveedores en EEUU o México. El cambio a la contratación cercana está ocurriendo más rápido de lo previsto en 2021. Los encuestados dijeron que las cadenas de suministro más cortas, el acuerdo comercial entre EEUU, México y Canadá, los costos laborales más bajos en México y la infraestructura de transporte de América del Norte son razones para alterar sus fuentes de manufactura”.
Otros sitio, también especializado en cadenas de oferta y demanda, sdcexec.com, explica que “En los últimos años, los siguientes factores han sido razones importantes para que las empresas expandan la producción (en la mayoría de los casos, originalmente en China) al otro lado del Río Bravo: Menor costo de fabricación; Proximidad a los Estados Unidos; Mayores costos e interrupciones en la cadena de suministro asiática; Escasez de mano de obra en EEUU; (Cuando corresponda) proximidad al cliente mexicano; Evitar conflictos políticos en Asia; Ventajas arancelarias del T-MEC para productos fabricados en México y; Regionalización de las cadenas de suministro”.
En 2022 diversas empresas transnacionales anunciaron inversiones millonarias para iniciar o expandir operaciones, aumentar su producción o reducir los altos costos operativos que pagaban en China, EEUU u otros países y, en noviembre pasado la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, aseguró que “existe la intención de más de 400 empresas de América del Norte en realizar un proceso de relocalización de Asia a México”.
De acuerdo con la ONG Brookings Institution, entre 60 mil millones y 150 mil millones de dólares podrían fluir a México durante la próxima década, como parte de los esfuerzos para acercar la producción a los centros de consumo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno deben actuar para que esas inversiones generen riqueza, conocimientos y empleos bien remunerados. También deben evitar politizar las negociaciones con los inversionistas, como ocurrió con Tesla, cuando el presidente presionó a la empresa, sin éxito, para que instalara su gigafábrica en un estado gobernado por MORENA.
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Información Radio Fórmula