Por Francisco Garfias
Yeidckol enfilaba ya hacia la zona llamada de “pasos perdidos” para salir del Senado al término de la sesión por la entrega de las presea “Elvia Carrillo Puerto” a María Consuelo Mejía por su trabajo a favor de las mujeres. Se movía con desenvoltura en territorio pantanoso. Sonreía, charlaba, se tomaba selfies con quien se lo pedía. Por los mismos pasillos andaban algunos que calificó de “sabandijas”. Esos que, dice, se adhirieron a Morena para escalar políticamente. Parecía haber quedado atrás la carta de 55 senadores guindas en apoyo a Alejandro Armenta para la gubernatura de Puebla, a pesar de que Polevnsky respaldó a Miguel Barbosa, el ganador. Sólo tres o cuatro no la firmaron. Entre ellos Martí Batres, aliado de Pinocho para sostener sus teorías mafufas; Antares Vázquez, y el buen Narro Céspedes, quien caminaba con Polevnsky por el Patio del Federalismo. Nos acercamos a Yeidckol para hacerle una observación. “Te han golpeado mucho”, dijimos. Ella replicó: “Una golondrina no hace verano”.–Son dos golondrinas: Martínez Veloz en Tijuana–, atajamos. Respondió a bote pronto: “Él es del PRD. Será su candidato (a gobernador) ¿Ves cómo no nos equivocamos?”, enfatizó. Una sonrisa apareció en su boca antes de despedirse con una frase del Quijote: “Ladran los perros Sancho, es que estamos avanzando”.
Cuatro horas después de este breve intercambio recibimos una llamada de Alejandro Rojas Díaz Durán, coordinador de asesores de Monreal, y uno de los críticos más abiertos de Yeidckol. Era para informarnos que la Comisión de Honestidad de Morena le acababa de avisar que le van a abrir un “procedimiento de oficio” por presuntas transgresiones a los documentos básicos del partido. No tiene claro si lo van a expulsar. La notificación fue escueta, pero nos dijo que se va a defender hasta la última instancia. “Quieren desviar la atención de dudosas encuestas y personajes impresentables”, nos dijo. Simultáneamente, nos envió un video dirigido a Polevnsky, en el que aclara que no es Monreal quien lo manda a criticar o a confrontar. “Me mando solo, tengo trayectoria. Te voy a denunciar porque estás pretendiendo apoderarte de Morena con una camarilla con tufo estalinista”, le adelantó Rojas.
El cerco policiaco estaba firme desde temprano en los alrededores de San Lázaro. Las autoridades tenían conocimiento de que la CNTE bloquearía las puertas del recinto legislativo para evitar nuevamente que las comisiones sesionaran para dictaminar la Reforma Educativa de AMLO. Antes de las 8:30 de la mañana, algunos diputados pudieron entrar a la Cámara. La fuerza pública garantizaba el ingreso. Pero pasada esa hora se deshizo el cerco por ”órdenes superiores”. Vía libre para que la CNTE secuestrara de nuevo al Poder Legislativo, con la complacencia de las autoridades locales y federales. Al cabo que el mismísimo Presidente les firmó un cheque en blanco, al declarar que “se pueden quedar un mes” en los bloqueos, sin que intervenga la fuerza pública. “No voy a reprimir a nadie”, subrayó AMLO. Es la segunda sesión que se suspende consecutivamente por los bloqueos del magisterio. A la tercera ponen “en jaque” –la expresión es del senador Miguel Mancera—a los senadores. Y es que el artículo 68 de la Constitución dice que ninguna cámara podrá suspender sus sesiones por más de tres días, sin consentimiento de la otra. Los maestros de la CNTE anunciaron que se quedan hasta el jueves. No se entiende la postura de dejar hacer. Diga lo que diga Andrés, la CNTE quiere recuperar viejos privilegios en materia de manejo de recursos y plazas. “Nadie pide que se use la fuerza para reprimir, sino que se mantenga el derecho a la legalidad”, nos dijo el diputado panista Marco Adame. Información Excelsior.com.mx