El Partido Acción Nacional recibió con generosidad a Joaquín Díaz Mena tras su salida del PRI. Dentro de Acción Nacional se le dio la oportunidad de ser alcalde, diputado local, diputado federal en dos ocasiones —una por la vía plurinominal— y candidato a gobernador.
Díaz Mena participó como precandidato de un proceso de elección con las mismas garantías que miles de panistas en todo el país. Y tal como Díaz Mena, muchos no vieron satisfechos sus deseos personales, pero la inmensa mayoría de ellos puso por delante el proyecto colectivo y se quedó aportando a cambiar la historia de México. Es la primera vez en dieciocho años en la que Díaz Mena no tiene la candidatura a la que aspiraba y al no contar con ella renuncia al partido.
Hoy es lamentable que su obsesión personal le haga traicionar al PAN y a los yucatecos. No nos equivoquemos: su lucha sólo es por el poder y por un cargo. Hoy Joaquín Díaz le hace juego al PRI. A partir de hoy, con la decisión de Joaquín Díaz es el PRI y no Morena el partido que ya cuenta con un candidato más.