Por Adrián Rueda
“No vayas a cometer un error”, fue la advertencia que Néstor Núñez, alcalde en Cuauhtémoc, recibió la semana pasada vía telefónica, cuando se estaba gestando la convocatoria a una marcha de simpatizantes de Morena en contra de las candidaturas de su propio partido en la CDMX.
La voz del otro lado del teléfono era la de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno, quien le reclamaba sobre la marcha en ciernes —que finalmente se realizó el sábado— y le pedía también que aceptara la designación de Dolores Padierna como la candidata morena en Cuauhtémoc.
Después de haber cortado unilateralmente la comunicación semanas atrás, para negociar la entrega de esa alcaldía a la esposa de René Bejarano, Claudia se comunicaba de nuevo con Néstor para presionarlo.
Aunque, más que advertencia, la llamada sonó a amenaza, el alcalde se deslindó del evento argumentando que los convocantes eran ciudadanos, líderes sociales y algunos empresarios que no ven bien el regreso del bejaranismo a su alcaldía.
Es obvio que la jefa de Gobierno tiene el poder para realizar cualquier revisión a la gestión de Núñez como alcalde, y que no dudaría en utilizar, una vez más, a su fiscal carnala Ernestina Godoy para presionar, pero el hijo del exgobernador de Tabasco no está solo.
Hay que recordar que con él está Ricardo Monreal, quien el fin de semana desayunó, comió y cenó a solas con Andrés Manuel López Obrador —que anduvo de gira por Zacatecas—, y seguramente tuvieron chance de tocar varios temas, entre ellos el de la CDMX.
Habría que esperar noticias esta misma semana sobre la disputa interna en Morena, y la gran división causada en la CDMX por la propia Claudia y su escudero, Héctor Ulises García Nieto, quien ha hecho un verdadero desastre en el partido.
La marcha del sábado debe preocupar en serio no solamente a la jefa de Gobierno, sino a la propia Padierna, cuyos operadores no han aparecido en el territorio, pues dicen que Bejarano y sus achichincles andan más que nerviosos ante la resistencia interna en Morena.
Pero la preocupación para Sheinbaum va más allá de la Cuauhtémoc, ya que en la marcha del sábado también exigieron bajar de la candidatura no sólo a Dolores, sino a otros impresentables como Julio César El Nenuco Moreno y a Eduardo Santillán, entre otros.
Y es que luego de que la Comisión de Honor y Justicia puso en pausa la definición en Guerrero, al bajar provisionalmente de la candidatura a Félix Salgado Macedonio —por su pésima fama pública—, ¿por qué no podría aplicar la misma fórmula en la capital del país?
La fecha límite para cambiar de candidatos en las 16 alcaldías es el 15 de marzo y, por el momento, hay decenas de impugnaciones ante el tribunal electoral y nadie se puede sentir seguro de su nominación hasta que se desahoguen las quejas.
Por lo pronto, más de cinco mil morenistas marcharon en contra de su propio partido el sábado y la ola puede crecer a partir del próximo 8 de marzo, cuando los colectivos feministas protesten contra las políticas de la 4T, que tienen en el abandono a las mujeres.
CENTAVITOS
Por cierto, Sheinbaum y Héctor Ulises se reunieron con José Luis Rodríguez, vicecoordinador de Morena en Donceles, para pedirle que acepte su marginación en Contreras y que garantice el apoyo de los diputados pejistas en Donceles a los designios de la jefa de Gobierno. Rodríguez, monrealista al que ni siquiera le darían chance de reelegirse, maneja un grupo de diputados morenos inconformes con las candidaturas de su partido en la ciudad. Información Excelsior.com.mx