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Hoy nada parece sorprendernos y el reciente Comunicado del Reloj del Juicio Final 2024, difundido el martes pasado por el Boletín de los Científicos Atómicos, a pocos les preocupará y afectará. Pero este no es un tema para ignorar o tomar a la ligera porque desde su creación en 1945, el Reloj (en inglés, Doomsday Clock) ha servido de barómetro para medir qué tan cerca está nuestra especie de su propia aniquilación.
Faltando 90 segundos para la medianoche, que es en donde fue fijado en 2023 y se mantuvo en 2024, este reloj nos advierte de los peligros inminentes: la guerra nuclear, el cambio climático y las tecnologías fuera de control, especialmente la Inteligencia Artificial (IA). Estos temas no pertenecen a la ciencia ficción, sino que se refieren a riesgos reales y presentes que amenazan nuestra existencia.
El Reloj fue creado en 1945 por Albert Einstein, Robert Oppenheimer (hoy famoso por la película que lleva su apellido) y otros científicos para indicarnos que tan cerca está la humanidad de su propia obliteración.
¿Por qué no hemos aprendido? No son un juego las tensiones entre potencias nucleares mayores, como EEUU, Rusia y China, o entre las menores como son India y Paquistán. Un error, un mal cálculo o la decisión de un gobernante desquiciado, y podríamos estar enfrentando una catástrofe nuclear que le costaría la vida a cientos y hasta miles de millones de personas y causaría un invierno nuclear, un enfriamiento global drástico, la destrucción de la agricultura y la disminución de las fuentes de alimentos, lo que llevaría a hambrunas masivas que matarían a más millones de hombres, mujeres y niños.
El cambio climático es otro frente donde por la complacencia de quienes mandan en el mundo parece estar perdida la batalla. El 2023 fue el año más caluroso en la historia registrada y, a pesar de las inversiones en energía limpia, estamos lejos de donde deberíamos estar. No es solo una crisis ambiental; es una crisis humanitaria que golpea más duro a quienes menos tienen.
Y ahí no termina el asunto. Los avances en ciencias de la vida, como la ingeniería genética, y en inteligencia artificial, como ChatGPT, nos ponen frente a nuevos desafíos éticos y de seguridad. La posibilidad de que estas tecnologías sean mal utilizadas para crear amenazas es tan real como cualquier arma y ya lo estamos viendo cotidianamente.
El Comunicado del Reloj del Juicio Final 2024 es una llamada a la acción urgente. No es momento para la indiferencia ni para políticas superficiales. Todos necesitamos acciones concretas y una muy difícil de lograr cooperación internacional para enfrentar estos desafíos. Es un momento de peligro histórico y la pregunta que debemos hacernos es: ¿vamos a seguir ignorando el reloj hasta que sea demasiado tarde?
Que lejos parece estar 1991, cuando por el fin de la Guerra Fría el Reloj se ajustó de 10 a 17 minutos para la medianoche, demostrando con ello que sí es posible cambiar el rumbo. Sin embargo, desde entonces la situación mundial ha ido deteriorándose y los riesgos han evolucionado y se han intensificado. La necesidad de acción y compromiso es más urgente que nunca. ¿Tendrán los líderes políticos y económicos la sabiduría y la audacia para hacerlo antes de que sea demasiado tarde?
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Información Radio Fórmula