Tal vez no lo sabías, pero en cualquier alberca pueden crecer organismos potencialmente peligrosos para tu salud.
En cualquier alberca, incluso en las que tienen las aguas más prístinas, pueden esconderse peligrosas bacterias. El periódico The Sun, de Inglaterra, entrevistó a un experto en seguridad de albercas de la organización Safety Training Awards. Esta organización premia a maestros de natación y reconoce las distintas medidas de seguridad implementadas en albercas del Reino Unido. En la entrevista, Luke Griffiths habló de los diferentes peligros que pueden esconderse, invisibles, en las aguas de una alberca.
“Solo porque el agua de la alberca se vea limpia y transparente, no significa que no pueda tener microorganismos como el Cryptosporidium… Así que siempre hay que evitar beber el agua de cualquier alberca.”
Griffiths fue particularmente enfático con la presencia de dos microorganismos comunes en albercas de todo el mundo: el Cryptosporidium y la Giardia. Estos ominosos nombres están atribuidos a pequeñas bacterias invisibles para el ojo humano y que se han encontrado frecuentemente en superficies de agua.
El Cryptosporidium es una bacteria que se propaga cuando gente toma agua que estuvo en contacto con materias fecales. Y, por muy desagradable que esto suene, las albercas son un caldo de cultivo perfecto. El problema con esta bacteria es que, además, es muy difícil de matar y el cloro y otros productos químicos pueden resultar ineficientes para erradicarla. De hecho, el Cryptosporidium puede sobrevivir hasta 10 días en agua transparente y adecuadamente tratada.
Es por eso que el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos ha emitido alertas por la presencia de esta bacteria. Los casos de infección por Cryptosporidium se duplicaron en 2016, sobre todo en albercas con niños. Es por eso que, para evitar contagios, es recomendable nunca llevar niños con diarrea a las albercas, lavarse bien antes de nadar y evitar siempre tomar ingerir agua.
El Cryptosporidium causa, principalmente, fuertes diarreas y dolores estomacales. Normalmente, no existe un tratamiento para curar una infección de Cryptosporidium: simplemente hay que esperar a que pase la enfermedad y tomar muchos líquidos.
Similarmente, la Giardia es un parásito altamente infeccioso que causa diarrea, dolores abdominales, inflamación y gases. A diferencia del Cryptosporidium, esta bacteria sí puede combatirse con antibióticos y, generalmente, desaparece después de una semana de tratamiento.
En cualquier caso, es importante seguir los consejos de seguridad y, lo que resulta evidente, evitar a toda costas las albercas que presentan musgo o que tienen aguas turbias. Por eso, también, pueden consultar páginas calificadoras que les dirán qué hoteles, en todo el mundo, tienen agua de calidad controlada en sus albercas. Información Noticieros Televisa