Tus actitudes provocan que amigos o conocidos no deseen colaborar contigo, ya que tu actitud no es la mejor; la vida es individual y nadie tiene la culpa de los resultados de tus decisiones. Lo mejor que puedes hacer es responsabilizarte de tus acciones y decisiones, genera las situaciones que realmente deseas vivir y trabaja en ellas. En el plano de la familia, es preferible ser el integrante divertido y confiable, que el mal humorado e inconforme.