Por: Yuriria Sierra
Vaya miércoles. El eco de los tuits y los rumores sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte asustaron a todos, incluido el peso. Desde que iniciaron las operaciones bancarias, la cotización estuvo 17 centavos arriba de la del martes. El peso ya no estaba por debajo de los 18 pesos, como se había mantenido en las semanas anteriores. Y es que su más terrible coco, Donald Trump, amenazaba con abandonar el TLCAN, lo que provocó incertidumbre en los mercados y la bailada que sufrió nuestra moneda durante esas varias horas. Para el medio día del miércoles, la caída del peso ya no era de 17, sino de 30 centavos. Hasta los legisladores republicanos se asustaron y afirmaron que lo filtrado por Reuters (la salida de Estados Unidos del TLCAN, vía una orden ejecutiva que estaría por firmarse) sería un desastre dentro y fuera de sus fronteras. Los mercados cerraron, y el dólar acabó el día cotizándose en 19 pesos y 63 centavos.
El miércoles estaba por terminar. Fue entonces cuando vinieron las certezas, ya no más rumores. Donald Trump habló por teléfono con Enrique Peña Nieto y Justin Trudeau. Quedó con ambos en que la renegociación del TLCAN debía comenzar a la brevedad y que los términos de ésta debían tener por objetivo lograr un acuerdo justo para todas las partes, de lo contrario, Estados Unidos, ahora sí, se iría. Ayer por la mañana, Luis Videgaray le dijo a Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula que, en efecto, la llamada entre los mandatarios de México y Estados Unidos se realizó, y que había sido iniciativa del gobierno mexicano hacerla. Para ese momento, Donald Trump, aficionado a tuitear antes de que salga el sol, ya había anunciado las conversaciones telefónicas. Volvió a recordar el acuerdo: o se logra un tratado justo para todos (sobre todo para EU, pensará él) o se van. Para las 18 horas de ayer, el dólar ya se vendía en 19 pesos con 35 centavos. Hubo algo de alivio.
Aunque la renegociación del TLCAN era algo anunciado desde que Trump estaba en campaña, lo cierto es que, de pronto, México había dejado de ser una de sus prioridades. Siria y el ataque químico que, según el gobierno francés, sí lo realizó el gobierno de Al-Assad, acapararon la atención del gobierno estadunidense. Lo mismo ocurrió con la muy tensa relación con Corea del Norte. Y es que, parecía que en esos dos objetivos, Trump al fin lograría anotar un gol a su favor. Su propuesta para reemplazar el Obamacare que tanto, tanto atacó, no logró aprobarse en el Congreso. Ahí vio perdida una batalla, una que fue promesa de campaña repetida hasta el cansancio.
Mañana, Donald Trump cumple sus tan esperados y anunciados 100 primeros días al frente de la Casa Blanca. Poco se puede decir que se haya convertido en un éxito, como él lo prometió. O más bien, nada.
Su orden migratoria para prohibir la entrada a EU a ciudadanos del mundo árabe quedó vetada dos veces. No ha logrado concretar la manera de financiar el muro fronterizo con nuestro país, ya hasta están llagando al extremo de querer pagarlo con el dinero de El Chapo, como si los recursos del narcotraficante fueran localizables. Autoridades de decenas de ciudades le han dado la espalda con su iniciativa de “Ciudades Santuario”, que le recuerdan que los migrantes no están solos. Incluso, durante estos 100 días de gobierno, Trump ha visto debilitado su grupo más cercano. La salida de Steve Bannon del Consejo de Seguridad, se vio como una derrota del asesor, pero también del republicano, porque aquél era uno de sus apoyos en tiempos complicados. Y si se pensaba que aún tenía a su familia, cínicamente colocada dentro del organigrama gubernamental, ayer vimos a Ivanka, su hija y también asesora, decirle a la NBC que en el tema de los refugiados ella piensa muy distinto a su padre, que ordenó cerrar sus fronteras.
Donald Trump llega con más en su contra que a su favor, como él presumía que llegaría cuando arrancó su gobierno. No ha anotado un solo gol. La estridencia que se genera fuera de la Casa Blanca, pero apuntando a ella, va siempre sobre escándalos y errores. La última portada de The New Yorker lo retrata como el presidente que ha gastado varias decenas de millones de dólares en sus viajes para jugar golf. Pero Trump sigue sin un solo logro, a pesar de la importancia que le dieron estos, los primeros 100 días. Fue atinada la reacción del gobierno mexicano en levantar el teléfono y marcarle para iniciar lo antes posible la renegociación del TLCAN, no sólo porque una revisión de este acuerdo sí le vendría bien a los tres países, sino porque lo mejor es que México y los varios temas que Trump tiene con nosotros, deben dejar de ser estrategia estridente para que el republicano intente legitimar su gobierno. Un gobierno que en sus primeros 100 días se encuentra con 54% de desaprobación, según una encuesta de CNN. Una cifra récord para cualquier nuevo Presidente de Estados Unidos. Información Excelsior.com.mx