Por Gabriel Cabañas
A cien días de trabajo del presidente Andrés Manuel López Obrador, las opiniones serán muy variadas. Algunos analistas estarán apoyando sus ideas, otros, calificando sus proyectos como un proceso a la dictadura. Para no aportar otra opinión que se quede en eso: “una opinión”, prefiero hacer un análisis de la situación económica del país para que al término del sexenio quede claro si el trabajo, al menos económico de nuestro presidente rindió frutos o fue un total fracaso.
Para explorar la economía de México es necesario hacerlo desde cuatro conceptos: la producción (PIB), las tasas de inflación, el tipo de cambio y tasas de interés.
México es un país que mantiene estancado su Producto Interno Bruto en un débil 2% anual, el Banco de México en su informe trimestral señala que: “Finalmente, el crecimiento anual promedio del PIB en México desde la Crisis Financiera Global de 2008-09 se desaceleró aún más, registrando una tasa anual promedio de 2.0% desde entonces”. México crece mínimamente; comparado con sus países vecinos que tienen una economía más débil, su productividad es deficiente. Esto sería causante de alerta para la economía de un país que sobrevive de la producción y mano de obra; por lo tanto es necesario continuar con el estudio para contrapolar los datos y sacar las inferencias pertinentes.
Analizando el histórico de la tasa de inflación del país vía el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, “de enero del 2008 a diciembre de 2018 la inflación ha sido de 41.99%, para el año 2018 la tasa de inflación estuvo en 4.28%, y en 2017 la tasa estuvo en 4.99%, la más alta en la década”. Estos datos arrojan que en 10 años (de 2010 a 2018) los productos se han encarecido un 42%.
Comparando la producción del país (PIB), con la inflación se observa que México presenta un claro crecimiento de la inflación y una baja producción, la baja productividad del país causa que se importen productos los cuales son pagados con dólares haciendo que el tipo de cambio encarezcan los productos y que a su vez escaseen causando una demanda que se refleja en la inflación.
Con respecto al tipo de cambio peso – dólar, el aumento sostenido mantiene su curso, en la primera semana de 2008 el peso frente al dólar se encontraba en $10.89 y en la última semana del 2018 en $19.95; un aumento del 83% trascurrieron en estos 10 años. Los motivos son la dependencia que tiene el país sobre el vecino del norte.
Con respecto a la tasa de interés, el aumento actual dejo al indicador en 8%; una tasa de interés al 8% es buena para quienes invierten en bonos gubernamentales, CETES etc, pero mala para los que solicitan créditos de automóviles, hipotecarios entre otros. Si el banco cobra más por el dinero que presta, es muy probable que las personas no se anime a adquirir dinero para comprar sus productos causando dos panoramas: 1) Que nos dé con lo poco que producimos pero de todos modos importamos, y 2) que con las importaciones en dólares y el bajo costo del dinero mexicano dejemos de consumir para proteger nuestro dinero. En conclusión este apartado tampoco habla bien de la situación financiera mexicana.
Con la poca producción, la inflación en un 4% anual, el tipo de cambio en aumento, un y una tasa de interés del 8%, es muy difícil ver un panorama positivo para México. Otros flagelos son las débiles finanzas públicas del país si se considera la poca recaudación de impuestos a causa del mercado informal y negro, esquemas de cobro de impuestos poco equitativos para la ciudadanía y el excesivo gasto corriente que no da tregua al país pero que al parecer ya se controla; aunado a esto el actual presidente de la república pronuncio el cierre del nuevo aeropuerto, lo que se vio en los mercados como una señal de alerta para los inversores los cuales reaccionaron sacando su dinero del país, sin embargo al verse el error el presidente presentó una estrategia financiera austera, un tanto incongruente con su política asistencialista pero que al final causo que las especulaciones no hicieran de las suyas en el mercado.
El mérito no es solo para la estrategia austera, también es importante recordar que el país cuenta con una reserva en dólares muy sólida, reflejo de los buenos manejos del Banco de México en los últimos 10 años, lo que le ha permito al país surcar momentos de depresión económica internacional, un ejemplo claro fue la caída de la banca de EEUU en el 2008 – 2009, donde México se vio lastimado pero mantuvo su estabilidad a comparación de países como Portugal, Turquía, Italia y España.
Por lo tanto, si estos datos cambian en seis años para el bien del bolsillo del mexicano promedio se podría decir que López Obrador en lo económico si benefició, si no se logra, que se le juzgue con datos reales y no con opiniones discrepantes.
J. Gabriel Cabañas Marrufo
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