Pocos símbolos son tan representativos de la cultura mexicana como la Virgen de Guadalupe, que desde años se encuentra en la Basílica de Guadalupe. Sin embargo, alrededor de ella hay varios mitos y misterios que, sin importar el paso del tiempo, siguen causando polémica entre creyentes y no creyentes.
De acuerdo a la Iglesia Católica, la Virgen de Guadalupe se le apareció en cuatro ocasiones a Juan Diego. En uno de estos encuentros, ocurridos en 1531, la Virgen le pidió subir al Cerro del Tepeyac, recolectar varias flores con ayuda de su tilma y llevárselas al obispo como prueba de su existencia. Al estar frente al religioso, Juan Diego extendió la prenda y de forma milagrosa, en ella quedó plasmada la imagen de una virgen morena con rasgos mestizos.
Estas apariciones marianas se sustentan en el Nican Mopohua (Aquí se narra), un relato náhuatl de 1556 atribuido al noble indígena Antonio Valeriano, y que se construyó a partir de los testimonios que el propio Juan Diego dio de viva voz.
Desde entonces, esta imagen se convirtió en uno de los elementos más importantes del catolicismo, no sólo de México, sino a nivel mundial.
A continuación, algunas de las discrepancias y los enigmas más significativos entorno a esta representación.
La Tilma
Comencemos con la Tilma, por un lado la Iglesia Católica y sus investigadores sostienen que el material sobre el que está plasmada la imagen de la Virgen proviene de una especie de agave, material que con el paso de los años tiende a deteriorarse fácilmente. Además, carece de preparación de fondo, lo que haría imposible que pudiera pintarse al óleo o al temple. De hecho no hay rastros de pinceladas ni de pintura (animal, mineral o natural) en la tela, y al acercarse lo único que se ve es la tela del maguey, sin ningún tipo de pintura encima.
Sin embargo, otros sostienen que la tilma está hecha de cáñamo y lino, un material mucho más duradero y que sí puede pintarse. Aseguran que a simple vista se puede apreciar una preparación de color blanco (probablemente sulfato de calcio) sobre la que luego pintó. Se dice que la obra ha sido pintada varias veces y que es posible identificar la firma de algunos de los artistas responsables, entre ellos la del indio Marcos Cipac de Aquino.
Las diferencias entre las reproducciones de la Virgen realizadas siglos atrás y la imagen actual, sugieren que en efecto, el lienzo fue alterado. Una prueba es la corona que desapareció en el siglo XIX sin que hasta ahora haya una explicación clara.
Otra polémica dice que muchas de las pruebas ofrecidas por la Iglesia en México para probar el milagro no son veraces. En lo particular se cuestiona la existencia de los supuestos estudios que la NASA realizó de la imagen.
Los ojos
Son unos de los elementos más inquietantes de esta figura. La pieza ha sido analizada por distintos oftalmólogos de prestigio internacional, uno de ellos el Dr. Enrique Graue, quien encontró que la pupila de la virgen se contrae y dilata de acuerdo a la luz que recibe, tal y como ocurre con los ojos reales.
Reproducir un efecto así en una pintura aún no es posible.
En los ojos de la virgen también es posible distinguir “el reflejo” de varias figuras humanas. Se habla del hallazgo de hasta 12 personajes, que en teoría, fueron los testigos del milagro cuando Juan Diego mostró su ayate. En otras palabras, es como una fotografía que capturó ese momento.
El Manto
La posición de las estrellas del manto que porta la virgen de Guadalupe, de acuerdo a estudios astronómicos, corresponden a la configuración exacta del cielo el día en el que esta imagen fue revelada.
No obstante, la vestimenta y configuración de la Virgen de Guadalupe es muy anterior a su aparición n la Nueva España. El ejemplo más claro es la Virgen de Guadalupe de Extremadura, en España. Esta virgen de tez morena tiene un origen árabe y fue traída a México por Hernán Cortés. Incluso la leyenda o historia alrededor de ambas vírgenes es la misma.
Incidentes
Entorno a esta imagen hay varios sucesos insólitos. Uno de ellos ocurrió en 1791, cuando accidentalmente vertieron en la tela un poco de ácido muriático. Un mes después, y sin aplicarle ningún tratamiento especial, el tejido dañado se restauró por sí mismo, dejando sólo una breve decoración en la zona como prueba de lo ocurrido.
El 14 de noviembre de 1921, un anarquista colocó un arreglo floral junto a la imagen, este objeto contenía en su interior una bomba que al detonar destruyó todo lo que se encontraba alrededor, con excepción de la tilma de la Virgen de Guadalupe, que estaba detrás de un vidrio común y corriente, que de forma inexplicable no se rompió. También había una cruz de metal que se dobló, y que se dice, protegió al lienzo sagrado del percance.
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Todas estas contradicciones, versiones encontradas y diversos puntos de vista, contribuyen a darle más profundidad e interés al culto a la Virgen de Guadalupe. Cada quién deberá sacar sus propias conclusiones. Información Noticieros Televisa