El episodio de extrema violencia que se vivió el sábado pasado en Querétaro era de esperarse por la escalada de signos bélicos entre las barras del futbol mexicano, de acuerdo al profesor e investigador de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, Hugo Sánchez Gudiño, quien se ha especializado en el estudio de estos grupos de fanáticos.
En ese sentido, explicó que todas las expresiones de violencia, incluyendo el grito homofóbico, forman parte del mismo problema, y que la incapacidad de la Federación Mexicana de Futbol para erradicarlo reflejan la falta de medidas adecuadas para, en general, generar un clima adecuado alrededor del futbol.
“Lo que ocurrió fue simplemente una crónica de un hecho violento anunciado”, aseguró en entrevista con Mediotiempo.
El investigador dijo que lo sucedido en Abu Dhabi, donde barristas de Rayados colocaron hieleras con imágenes ensangrentadas de directivos del club albiazul, así como del entrenador Javier Aguirre, son reflejo de esta nueva era de signos sobre la violencia en el futbol mexicano.
“El segundo indicador que observamos fue lo que ocurrió con Rayados que empezó a utilizar mantas para intimidar o amenazar a sus jugadores, directivos y entrenadores. Ese segundo indicador es preocupante porque usan mantas como lo hace el narco”, señaló.
“Se comienza a reproducir en el futbol lo que hacen los carteles con sus víctimas. Era una bomba de tiempo que en cualquier momento podía estallar, se estaba incubando. Lo advertimos y comentamos, pero pasó desapercibido ese tema y ahora estalló esa bomba”.
Aunque no puede asegurar que las barras cuenten con miembros que al mismo tiempo formen parte de cárteles del narcotráfico, aclaró que ello no puede descartarse.
“En esta bomba convergen dos hechos, se enfrentan dos grupos de porristas y por el otro, algo que ya habíamos comentado, muestran algunos tintes de estar permeados o infiltrados por grupos de la delincuencia organizada. No hay pruebas que documenten de manera directa porque es un tema sensible, pero sí hay señales de personajes que actúan en esos grupos de animación”.
Y es que para el doctor Hugo Sánchez Gudiño poco a poco los grupos de animación muestran conductas antes inéditas.
“Un porrista común no actúa así. A estas barras desde que se crean las dejan crecer, les dan apoyos económicos, hospedajes, boletos… Son pequeños monstruos que pierden el control y generan violencia, no es nuevo, esto ya tiene más de 20 años”.
SOLUCIONES PERTINENTES
Mientras la Federación Mexicana de Futbol se concentra en el proceso mundialista con miras Qatar 2022 y la adjudicación de partidos para el Mundial 2026 en el que comparten sede con Estados Unidos y Canadá, la violencia en los estadios creció sin generar un interés de los directivos del futbol mexicano, según Sánchez Gudiño.
“La Federación se ha enfocado mucho en los negocios y ha desatendido el tema de seguridad y violencia en los estadios. Se debe hacer un diagnóstico serio del problema y encontrar acciones y alternativas”, sugirió.
“La Federación requiere dar un paso que no ha dado y que es buscar el apoyo de las universidades públicas y privadas que tienen investigadores sobre el tema que pueden aportar sus opiniones para el combate de la violencia. Esto no es un problema de corto plazo, es de largo plazo y debe eliminarse desde la raíz”. Información Medio TIempo