Por Francisco Garfías
Germán Martínez no es santo de mi devoción. La antipatía ha sido mutua. Viene desde que era presidente-gerente del PAN. Pero así como lo he criticado, hoy tengo que reconocerlo como hombre valeroso, tras el mensaje que deja con su renuncia al IMSS.
Se necesita tenerlos bien puestos para poner al desnudo los “recortes y más recortes” que la SHCP de la 4T le ha exigido al IMSS. La exigencia de “ahorros y más ahorros” para buscar llevarlos –lo sabemos de fuente impecable– a programas de corte electoral y al rescate de Pemex.
De algún modo también lo esboza Germán en su carta de renuncia:
“Si acaso Hacienda cree que los ahorros del IMSS los puede desviar a otros fines, es necesario recordarle que el Instituto no estará obligado a concentrar sus ingresos en la Tesorería de la Federación”.
Esa “influencia perniciosa” de Hacienda –así la llamó el expanista– es un verdadero “gancho al hígado” al lema-bandera del presidente López Obrador: primero los pobres.
A los que más duro les pegan estos recortes de recursos y personal es precisamente a los más vulnerables.
Describe Martínez:
Hay vacantes que no se ocupan, falta de certeza laboral, “brutal” rezago en infraestructura. En 2019 están en ceros el avance en obras y el pago a proveedores, el retraso en contratos y convenios de servicios es mayor, las compras de equipo están paradas, el abasto de medicamentos es precario “y en algunos lugares pende de un hilo”.
Hay “pasillos de espera llenos de personas adoloridas mal trato o retraso en la atención de pacientes”.
Hay un segundo efecto: el fortalecimiento de los servicios de salud privados que ocasionará mayor “gasto de bolsillo” de las familias, cuando sus seres queridos tengan padecimientos.
Sintetizó: “Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano”.
Germán estaría por regresar al Senado. Lo confirmó el propio AMLO. Su suplente es Pedro Haces, un empresario metido a dirigente sindical.
“¿Y ahora qué haces, Haces?” Preguntó mordaz, el panista Gustavo Madero.
AMLO no escondió su molestia por la renuncia. Además de dejar claro que no comparte el punto de vista de Martínez, lo puso como un cobarde, al insinuar que no soportó presiones de las empresas que venden medicinas.
En declaraciones hechas en Veracruz, luego de conocerse públicamente la renuncia, el Presidente dijo:
“No se puede dejar intimidar por los proveedores. Había mucha corrupción por la compra de medicinas. Nada más en el Seguro Social, un proveedor abastecía la mitad de las medicinas que se utilizaba”.
Lo curioso es que el exdirector del IMSS aludió al tema en su carta de renuncia:
“No defiendo farmacéuticas, ni proveedores o constructores. El motivo de este diferendo con funcionarios de Hacienda no es la compra de medicamentos. Es fortalecer y respetar al IMSS”, puntualizó.
Por cierto, que presenciamos el nacimiento de la idea de llamar a comparecer a Carlos Urzúa, titular de Hacienda para que aclare lo expresado por Martínez.
La senadora panista Kenia López logró, en cinco minutos, que los coordinadores del PRI, Miguel Osorio; MC, Dante Delgado; y Miguel Mancera, PRD, firmaran un Punto de Acuerdo que se llevará hoy a la Comisión Permanente.
Quieren que explique “las injerencias indebidas” en el IMSS de las que habla Martínez.
AMLO estaba obligado a atender la petición que Felipe Calderón le hizo en una carta en la que pidió le restituya un mínimo de protección para él y su familia.
No soslayó que el expresidente declaró la guerra al narco al inicio de su sexenio y, como dice en la misiva, ha sido objeto de amenazas del crimen organizado.
“Mis ingresos actuales, que son variables e inciertos, no me permiten pagar los servicios de seguridad que, dada dimensión del riesgo, mi familia y yo requerimos”, puntualiza.
La petición fue hecha en enero. Calderón ya tiene 8 guardias.Información Excelsior.com.mx