Poco importó que algunos hayan pagado cerca de 11 mil, cinco mil 900 o 610 pesos, pues, aunque la vista difería de un lugar a otro, al final de cuentas todos pudieron fundirse con Luis Miguel, con el Sol que puede darse el lujo de jamás hablarle a su público o retribuirle palabras de agradecimiento y aun así conservar un lugar que posee desde hace décadas.
Minutos antes de las 9:10 de la noche, muchos asistentes aprovechaban la ausencia de El Sol para ver el partido entre el Cruz Azul y el América, que por momentos le dio esperanza a la Máquina Celeste y muchos se adelantaban a celebrar entre gritos en la Arena Ciudad de México, sin embargo, cuando el marcador favoreció a las Águilas del América, el recinto se oscureció para ser iluminado por ese hombre de 54 años que, con una sonrisa, incesablemente blanca, sonrió y comenzó a hacer su trabajo: cantar como sólo él sabe… Él ya conoce su negocio.
Como lo ha hecho en todos sus anteriores conciertos, Luis Miguel arrancó si velada con Será que no me amas.
El traje negro hecho a la medida y el cabello ligeramente alborotado de enfrente, que constantemente se acomodaba, acompañaron el inicio del penúltimo concierto que ofrecerá en la Ciudad de México (hoy es el último que da en nuestro país).
No importaba si los fans estaban en la zona más cara del lugar o en la más barata, dejaron de lado eso para acompañar a ese hombre que, según su expareja y madre de sus hijos, Aracely Arámbula, señaló en 2023 como deudor alimentario al no dar la manutención que le corresponde a Miguel y Daniel, sus hijos.
A pesar de que Luis Miguel sigue cantando los mismos temas de siempre, dejando en claro que vive sólo de sus glorias pasadas y no se ha renovado artística ni creativamente, la gente se lo perdona y se sigue entregando a él, quien sigue ostentando el puesto número uno del artista que más veces se ha presentado en el Auditorio Nacional con los 226 shows ofrecidos ahí.
Siguieron clásicos como Suave, Culpable o no y Hasta que me olvides.
Después de esto vino la parte romántica con fragmentos de canciones como Por Debajo de la mesa, No sé tú, Solamente una vez, Somos novios, Nosotros, Todo y nada y Como yo te amé.
Durante cerca de dos horas y media, las 16 mil personas convocadas el pasado domingo en la Arena Ciudad de México se entregaron a su ídolo y lo acompañaron en todo momento, ya fuera cuando cantó Fría como el viento, Entrégate, Tengo todo excepto a ti o como cuando pasó al idioma inglés e interpretó el clásico de Frank Sinatra Smile, corte con fragmentos en español e inglés que Luismi hizo con Michael Jackson.
Uno de los atractivos de los conciertos que está ofreciendo en esta gira es el uso de un dron especial que va de un lado al otro del recinto y que se acerca mucho al cantante para tomarlo desde distintos ángulos.
Fue evidente el juego de coqueteo entre Luis Miguel y ese aparato al que tomó en sus manos casi al final del tema Cuestión de piel y que mantuvo para después soltarlo poco antes de que iniciara Oro de ley.
Como en cada concierto, la presencia del mariachi estuvo presente en La Bikina y Media vuelta, y Luismi quiso darle un guiño a la Navidad cuando sorprendió a todos con Santa Claus llegó a la ciudad.
Luis Miguel no podía abandonar el escenario sin cantar La incondicional y ya en la recta final de su presentación revisitó los clásicos de sus inicios como cantante: Ahora te puedes marchar, La chica del bikini azul, Isabel y Cuando calienta el sol, corte con el que cerró su presentación que sumará algunos ceros más a su cuenta bancaria.
Ahora las preguntas que nos hacemos una vez que salga a su última noche: ¿Cuándo lo volveremos a ver de gira?, ¿volverá a hablar? y ¿sacará nueva música?
Información Excelsior.com.mx
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