CIUDAD DE MÉXICO.
El gobierno de Nicolás Maduro hace negocio redondo con despensas que compra en México para venderlas 112% más caras a los pobres de su país.
Mientras públicamente ambos países atraviesan por una crisis diplomática, fuera de los reflectores son socios de un negocio en auge.
De acuerdo con el mexicano Sistema de Información Arancelaria Vía Internet, el gobierno sudamericano pagó a empresas que operan en México 16 dólares por 11 productos básicos que después revendió en paquetes a un costo de 34 dólares.
Hace poco más de un año, Maduro echó a andar su programa de despensas llamado Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), con el fin de frenar la escasez de comida, acabar con intermediarios y eliminar el mercado negro de alimentos en zonas marginadas.
Durante enero a mayo de 2017, Venezuela compró a México 414 mil 124 toneladas de aceite vegetal, arroz, atún en lata, azúcar, frijol negro, lentejas, maíz blanco, mayonesa, pastas y salsa de tomate incluidos en los CLAP, desbancando a Estados Unidos como primer cliente de México en la materia.
Entre las empresas elegidas por el gobierno de Maduro para importar alimentos desde México destaca Postar Intertrade Limited, cuyo dueño, Samark López Bello, es señalado de ser prestanombres del vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami.
De acuerdo con el gobierno estadunidense, El Aissami “está vinculado a la coordinación de envíos de drogas al Cártel de Los Zetas”.
Pelean en público; comercian en privado
El gobierno de Nicolás Maduro vende 112% más caro los víveres que adquieren empresarios sudamericanos en México para armar las despensas destinadas a la población pobre.
Mientras en público la relación diplomática entre México y Venezuela se dinamitaba, empresarios del país sudamericano se convertían en los principales compradores de víveres mexicanos en el mundo.
México vendió 414 mil toneladas de alimentos a Venezuela con los que el gobierno de Nicolás Maduro armó millones de cajas de despensas para comercializarlas hasta 112% más caras en los barrios marginales de ese país, durante enero y mayo de 2017.
Pocos días antes de que el presidente Nicolás Maduro llamara a México “borrego de la CIA” y la cancillería mexicana desconociera a la Asamblea Nacional Constituyente, realizada el domingo pasado por ser “unos comicios contrarios a los principios democráticos”, llegaba a Venezuela uno de los embarques de alimentos, más grandes del año procedente de México.
Del puerto de Veracruz arribaban 511 contenedores de alimentos de la naviera Hapag Lloyd, al puerto de La Guaira, el segundo en importancia de Venezuela.
Este recorrido de la naviera Hapag-Lloyd entre el puerto mexicano y La Guaira se repitió por lo menos siete veces, desde comienzos del año con cargamentos de 500 y 600 contenedores de víveres, mientras estos dos países atravesaban por su peor momento diplomático.
En cada contenedor llegaron entre mil y mil 300 cajas con 11 productos: leche en polvo, lentejas, harina de maíz, arroz, frijol negro, aceite, azúcar, pasta, mayonesa, salsa de tomate y atún enlatado; de los cuales algunos como el maíz terminarían revendiéndose en Venezuela hasta seis veces su valor.
“Hecho en México”, se leía en los empaques y envases de cada uno de estos alimentos exportados y hasta en uno de los productos, como en la leche en polvo, quedaba asentado en la etiqueta que era elaborado exclusivamente para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), otra prueba de que este negocio entre México y Venezuela estaba en pleno auge.
Hace más de un año, Nicolás Maduro, echó a andar en los 24 estados de esa nación su programa estrella de despensas conocido como los CLAP. Plan con el que apostaba comercializar los productos básicos que tanto escasean en los supermercados venezolanos.
Los datos de la Secretaría de Economía de México contaban una historia muy distinta a la que transcurría en la televisión, en la que Venezuela no era un enemigo diplomático, sino el comprador número uno del mundo en siete de los once productos que llenan las despensas CLAP (arroz, maíz blanco, lentejas, frijol negro, atún en lata, salsa de tomate y pastas) y el segundo cliente del resto de víveres con los que se completa la caja (aceite vegetal, leche en polvo y azúcar).
Si se cruza el precio reflejado en las facturas que Group Grand Limited, una de las empresas distribuidoras de estas despensas, con los valores reportados por México, a través del Sistema de Información Arancelaria Vía Internet se aprecia que armar la caja de los CLAP en suelo azteca costó unos 16 dólares, mientras que Group Grand Limited la revendió por 34 dólares.
Los únicos productos que los venezolanos pagaron a un precio similar al reportado por México para sus exportaciones a Venezuela, según las facturas de Group Grand Limited, fueron: leche en polvo, azúcar y aceite vegetal.
En cambio, alimentos como el maíz, se ofrecieron en más de seis veces su valor; o al arroz, a la mayonesa y a la salsa de tomate se les triplicó el costo. Por ejemplo, dos bolsas de harina de maíz de un kilo que Venezuela compró en 0.54 dólares en México, en las cajas CLAP se vendieron en 3.40 dólares.
Este diferencial tampoco podría atribuirse al costo de envío o al seguro del cargamento, pues éstos no superaron 1.1 dólares por despensa, según diversos documentos de aseguradoras y de las navieras Hapag-Lloyd y Hamburg Süd, involucradas en la logística.
Las facturas revelan que las ventas de Group Grand Limited a la Gobernación del Táchira se realizaron entre el 9 y el 31 de enero de este año, casi al mismo tiempo que Samark López Bello, otro de los empresarios venezolanos cercanos al gobierno y favorecidos con el programa de los CLAP, iniciaba compras masivas de alimentos en México, a través de la compañía Postar Intertrade Limited, sociedad registrada en la isla de Barbados.
Para poder llevar a cabo esta titánica labor de distribución de despensas en zonas marginales del país sudamericano, el gobierno de Maduro elegía a algunas autoridades locales o empresarios, como Samark López.
Primero, autorizó un presupuesto de 340 millones de dólares en octubre pasado al gobernador del Táchira, José Gregorio Vielma Mora, para la importación de 10 millones de cajas CLAP y luego con Postar Intertrade Limited cerró un contrato por casi 120 millones de dólares para colocar en puertos venezolanos tres millones de cajas CLAP, según admitió el propio López Bello, contactado para este reportaje.
Unos meses después de que el gobierno venezolano encomendara a Samark López para importar 3 millones de kits de alimentos, el empresario era acusado de testaferro o blanqueador de activos del vicepresidente de esa nación, por la Oficina del Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (OFAC).
La empresa de Samark López, Postar Intertrade Limited, llegó en enero a México a negociar en tan sólo siete días (del 9 al 16) compras de alimentos por 11 millones 922 mil dólares con al menos nueve empresas: Grupo Soriana; Value Oriented Services (VOS), creada hace cinco años por Kenneth Moskal, exdirector de la Cadena de Suministro de Soriana; La Moderna; Golden Foods, Cereales y Pastas SA de CV; COPROP, SA de CV; Aktion Trade Services; Comercializadora DTLP y Grupo Pando, de acuerdo con diversas facturas.
“En un principio traté de hacerlo (la importación de los productos) desde Estados Unidos, pero ahí no teníamos ni la harina de maíz ni la leche en polvo (que se necesitaba para la dieta básica venezolana, pero en México sí), por eso al comienzo llegamos a ese país con base en un plan de emergencia (comprando los productos en los súpermercados, como en Soriana, y no directamente en la industria, donde se ofrecen mejores precios mayoristas)”, aseguró el empresario por videollamada.
A pesar de que 93% de las familias venezolanas carecen de recursos para comprar alimentos y varias organizaciones civiles han evidenciado la “emergencia alimentaria” que el país sufre, La Moderna vendió 22 mil 256 kilos de sopa y spaguetti a la firma de López Bello con una tasa del dólar más alta que la reportada ese día. El Banco de México registraba el valor del dólar, el 13 de enero, en 21.6 pesos, y la empresa mexiquense lo establecía en 22.9 pesos en la factura ETP-294025.
Mientras Postar Intertrade Limited cerraba compras millonarias en México, desde Estados Unidos se emitía la siguiente alerta en contra del empresario López Bello:
“Se prohíbe a las personas estadunidenses realizar transacciones o tratar de alguna manera a estas personas y entidades”.
En febrero, el Departamento del Tesoro estadunidense señalaba a Samark López como testaferro del vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, pero a este funcionario de origen sirio y posible sucesor de Maduro, lo acusaban de narcotráfico.
“El Aissami también está vinculado a la coordinación de envíos de drogas a Los Zetas, un violento cártel de drogas mexicano”, revelaba la investigación estadunidense.
La escasez de alimentos y la crisis política del pueblo venezolano, no sólo ha ocasionado la mayor diáspora, en la que huyó más de 7% de la población, es decir, que casi dos millones abandonaron su país en las últimas dos décadas, de acuerdo con la investigación del sociólogo venezolano, Tomás Páez, sino que algunas universidades han reportado que siete de cada diez habitantes perdieron 8.7 kilos de peso en el último año.
Madriz García y Lorena Canino fueron algunos de los jóvenes que huyeron de Venezuela en los últimos meses por hambre.
“Yo me quedé loco cuando vi a gente comiendo desperdicios en la basura y detener camiones de víveres en la carretera para saquearlos”, lamentó Madriz, quien alcanzó a cruzar la frontera venezolana en busca de una vida mejor y llegó a residir a la Ciudad de Quito, en Ecuador.
Pero ni la escasez de alimentos por la que atraviesa Venezuela, comparada por muchos de sus habitantes como la que regiones africanas han sufrido ni que haya sido un plan diseñado por el gobierno de Maduro, logró garantizar a los usuarios precios justos de la canasta básica.
La acusación
El sobreprecio de este sistema de despensas ha sido denunciado desde hace meses por el diputado de oposición venezolano, Carlos Paparoni, de la Asamblea Nacional, quien no ha dudado en acusar a Samark López de participar en un esquema de corrupción y ha calculado las ganancias de Postar Intertrade Limited en 138 millones 460 dólares.
Sin embargo, Samark López se defendió de dicha acusación, argumentando que esas ganancias que denunció el diputado Paparoni eran imposibles de lograr, porque el contrato que había firmado con la Corporación Venezolana de Comercio Exterior, Corpovex, ni siquiera alcanzaba ese monto, siendo inferior por 18 millones de dólares.
El contrato con Corpovex fue por 3 millones de kits de alimentación a despacharse 180 días después de firmado el convenio con las autoridades venezolanas, pero el empresario detalló que Postar Intertrade Limited sólo ha podido enviar a Venezuela dos embarques con 1 millón cien mil cajas CLAP.
Aunque en los últimos diez años, el intercambio comercial entre México y Venezuela cayó 72%, según reportes de Proméxico y la diplomacia entre ambas naciones se fracturó; los negocios de alimentos se fortalecieron.
Ni los intensos careos que se acumulaban entre la excanciller venezolana, Delcy Rodríguez y su entonces homólogo Luis Videgaray en sesiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) alteraron el intercambio comercial de alimentos.
De enero a mayo de 2017, México exportó a Venezuela 414 mil toneladas de aceite vegetal, arroz, atún en lata, azúcar, frijol negro, lentejas, maíz blanco, mayonesa, pastas y salsa de tomate, todos productos incluidos en los CLAP.
La Secretaría de Economía también revelaba que México había recibido 175 millones de dólares por la venta de estos 11 productos a Venezuela.
A excepción de rubros como maíz blanco, aceite vegetal y lentejas, las exportaciones de víveres mexicanos para Venezuela fueron nulas durante el mandato de Maduro, sin embargo, de forma repentina el país bolivariano se convertía en el principal comprador de México de todo el mundo en productos de primera necesidad.
El gobierno de Maduro encontró en la nación azteca la tabla de salvación para llevar alimentos a una población descontenta por el desabastecimiento generalizado y asfixiada por una inflación que se encamina a los cuatro dígitos.
La tendencia de exportación que comenzaba desde el segundo semestre de 2016 en productos como mayonesa, leche en polvo y azúcar, se terminó de confirmar durante los primeros cinco mes de 2017.
Tendencia comercial que no revirtieron ni todos los insultos de Nicolás Maduro por televisión en contra del gobierno de presidente Enrique Peña Nieto ni los señalamientos de México en contra del régimen bolivariano “por violar los derechos humanos de los venezolanos”.
El último reporte de exportaciones registrado, que es el de mayo, demostró que ése fue el mejor mes del año para el negocio, en el que se exportó casi la mitad de las 414 mil toneladas de víveres que se enviaron a Venezuela en 2017, aunque cualquiera podría haber imaginado que el comercio de alimentos disminuiría entre las dos naciones por la intensidad que alcanzaron las declaraciones entre estos gobiernos.
En mayo, Venezuela pagó a México 48 millones 526 mil dólares por 205 mil toneladas de alimentos.
Venezuela, incluso, llegó a destronar a Estados Unidos, socio comercial tradicional, en la compra de víveres para convertir a México en el número uno del mundo.
Aunque las autoridades venezolanas nunca han revelado los montos en dólares destinados al programa, documentos de embarques y facturas de Group Grand Limited y de Postar Intertrade Limited permiten señalar que al menos se han destinado desde finales del año pasado cerca de 500 millones de dólares a compras en México, a través de varias compañías para surtir a los CLAP.
El cartón para llenar las cajas de despensa que también se exportó de México ha sido utilizado por el gobierno venezolano para promocionar su régimen bolivariano. En las despensas va impreso el rostro de Nicolás Maduro y del fallecido Hugo Chávez con la leyenda: “Gran misión abastecimiento soberano y seguro”.
“Las cajas CLAP son la gran estrategia de la Revolución Bolivariana para superar y vencer la guerra económica que se caracteriza por prácticas de acaparamiento y boicot en la distribución de los rubros esenciales para afectar al pueblo”, decía Maduro.
Aumenta comercio
En esta historia en la que se escribió el capítulo más frío del siglo en la diplomacia entre México y Venezuela, también quedó registrado el mayor flujo comercial de alimentos del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto y de la era de Nicolás Maduro.
Ahora que México se unió a otros países para desconocer la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), celebrada el pasado 30 de julio, con la que el mandatario venezolano terminará de anular al parlamento, dominado por la oposición; habrá que seguir de cerca si este capítulo de intercambio comercial de alimentos continuará o llegará a su fin.
Parte de esta investigación surgió de la primera generación del Curso de Periodismo de Datos del ITAM, a la que perteneció la reportera Claudia Solera, del periódico Excélsior, una de los 20 periodistas mexicanos seleccionados para este programa entre más de 100 candidaturas, con el apoyo de la Agencia para el Desarrollo Internacional, USAID. Información Excelsior.com.mx