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El escritor Jorge Zepeda Patterson tiene razón: en una entrevista concedida a El País estimó que la encuesta para definir al candidato o la candidata presidencial de Morena es, en esencia, la elección presidencial de México.
Es decir, ese día, cuando se dé a conocer a la persona elegida en las encuestas internas del partido guinda, ese día se sabrá, asimismo, quién será el o la siguiente titular del Poder Ejecutivo.
Los comicios de julio del 2024 serán un mero trámite. La Cuarta Transformación ganará. Eso sí, la oposición le podría meter un susto. Sin embargo, se antoja difícil. pues a escasos meses de que inicie formalmente el Proceso Electoral Federal del próximo año aún no poseen una candidatura definida.
El tiro, pues, será al interior de Morena. Y los ánimos se están calentando.
Este fin de semana, la batalla presidencial tuvo como epicentro el estado mexicano de Oaxaca: Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum recorrieron la entidad los últimos dos días.
En Huatulco, el gobernador oaxaqueño Salomón Jara coincidió con la mandataria capitalina; mientras que el canciller recorrió el estado por su parte.
El tiempo comienza a agotarse para las y los aspirantes de la 4T. Cada vez faltan menos meses para que se defina la candidatura presidencial del partido.
Y a medida que se acerca la fecha, empiezan a revolverse las aguas.
En su gira en Oaxaca, Marcelo Ebrard elevó el tono señalando que es el candidato del pueblo y que no debe haber dedazos en Morena para elegir al o la sucesora del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este es uno de los mayores reclamos que ha hecho el canciller en lo que va del proceso interno del partido.
Y aunque no necesariamente habrá una ruptura al interior de Morena, como advierten algunas voces, sí pueden nacer heridas difíciles de sanar en el partido oficial. El fantasma de la escisión persigue a los guindas.
Actualmente la mayor oposición a la 4T puede surgir al interior de la propia 4T.
Información Radio Fórmula