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Tras prolongada agonía, este abril falleció una mujer que fue macheteada por su propio hijo el 18 de febrero de 2020 en su propia casa en Hoctún, Yucatán.
Con ello se consumó el matricidio de presunto parricida turnado al Psiquiátrico de Yucatán desde el 21 de febrero.
María del Socorro Herrera Maas, quien fue conocida como Socorrito, perdió la larga batalla por su vida, unas seis semanas después de aquel fatídico martes de 18 de febrero.
Ese día, a las 4 de la madrugada, Miguel Can Herrera, “El Baika”, de 35 o 36 años de edad, llegó al predio de sus padres, María del Socorro Herrera Maas y Miguel Can Medina, ambos de 66 años de edad, en la calle 21 entre 12 y 14 de Hoctún.
“El Baika”, quien padece de esquizofrenia y, además, es adicto al alcohol y drogas ilegales, se encerró con sus padres y los atacó a machetazos. Se dice que los agredió brutalmente por una discusión que surgió debido a un teléfono celular.
Su padre sufrió lesiones en la cabeza y murió el mismo día de la agresión. A su madre “El Baika” le sacó un ojo y le causó otras lesiones.
Doña Socorrito fue internada en el el Centro Médico “Ignacio García Téllez” del IMSS, en Mérida, pero hace unos días falleció, lo que configuró un segundo delito de homicidio atribuible a “El Baika”.
Sin embargo, “El Baika” fue enviado desde el 21 de febrero al Hospital Pisiquiátrico de Yucatán para que se dictamine si se le puede juzgar por el homicidio de su padre o es inimputable.
En rojo, la ubicación de Hoctún. “El Baika” fue detenido en montes unicados entre esa comunidad y la comisaría de Dziuché
Can Herrera fue detenido el mismo martes en la tarde en una cueva ubicada en montes entre Hoctún y la comisaría de Dziuché.
Hasta la fecha no se ha dado a conocer el dictamen psiquiátrico sobre “El Baika”, a quien en ese entonces la Fiscalía presentó ante el Juzgado de Control en Kanasín y lo acusó de homicidio en razón de parentesco y homicidio en razón de parentesco en grado de tentativa.
Con la muerte de su madre, “El Baika”, si es declarado imputable, afrontará dos denuncias por homicidio en razón de parentesco, delito que el Código Penal de Yucatán sanciona con prisión de 30 a 40 años y la pérdida del derecho a heredar los bienes de los padres.
El mismo febrero otro presunto parricida también fue enviado al Psiquiátrico: Lázaro Poot, alias “Laz”, quien el viernes 21 de ese mes macheteó a su propio padre en Tekax. Se dijo que estaba drogado. Información Megamedia
