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Las campañas ya iniciaron y hasta ahora han sido bastante entretenidas.
La divertida pifia de Fernández Noroña. que confundió Puebla con Oaxaca. La crítica de Adán Augusto López a las televisoras, a las cuales acusó de imponerle un cerco informativo.
No cabe duda que han sabido llamar la atención.
Pero quien se llevó las palmas, fue Marcelo Ebrard, al anunciar que, de ganar la Presidencia de la República, creará la Secretaría de la Cuarta Transformación e invitará a Andy, hijo de AMLO, a que la presida.
Los dichos del ex canciller fueron la primer gran nota de las campañas o giras o como sea que se llamen del proceso interno de Morena para elegir a su coordinador de comités de defensa de la Cuarta Transformación. Ergo, su candidato presidencial.
Horas más tarde, el propio Andrés Manuel López Beltrán, Andy, le contestó a Ebrard rechazando la invitación a ser parte de dicha futura dependencia.
Para algunos fue un traspié duro del ex titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Para otros, fue una forma llamativa de captar los reflectores al arranque de las campañas internas del partido guinda.
Quizá una forma de acercarse al votante duro del obradorismo, aunque al mismo tiempo una manera de alejarse de la ciudadanía clasemediera.
Lo cierto es que forma parte de una estrategia que han usado las corcholatas de buscar el apellido López, para demostrar cercanía y continuidad al proyecto de AMLO.
Que siga López, andamos Agusto. Fue el lema con el que se destapó Adán.
Los propios Pío López Obrador y José Ramiro López Obrador, hermanos del titular del Ejecutivo, han decidido tomar protagonismo haciendo campaña por Ebrard y Claudia Sheinbaum, respectivamente.
La duda es si esta estrategia servirá. O si será castigada.
Las otras corcholatas, empezando por Sheinbaum, que decidió hacer un guiño al juarismo, han optado por campañas más discretas.
¿Cuál postura se terminará imponiendo?
Información Radio Fórmula