Por Enrique Aranda
Si bien para muchos, la sola pretensión de conseguir el registro de un nuevo partido político —México Libre, sería su nombre— constituye un primer paso en el proceso de reconstrucción y/o recreación —“desde fuera…”, diría alguno— de Acción Nacional, lo cierto es que para Margarita Zavala, el arranque de tal proceso representa sí un reto personalísimo tras su fallida experiencia como candidata independiente, pero, igualmente, la oportunidad de aportar a la restauración de nuestra realidad política y contribuir de manera activa a la construcción del Bien Común (con mayúsculas).
Es verdad que, también, el esfuerzo iniciado ayer con la presentación ante el Instituto Nacional Electoral (INE), de Lorenzo Córdova Vianello, de la solicitud respectiva, representa un paso adelante en su anunciado retorno al activismo y, sin duda, a la puja por la conquista del poder. Ello, sin embargo, no parece ser el móvil primero… no ahora, al menos, cuando lo que parece más urgente es organizar a la sociedad para enfrentar el reto que implica el lopezobradorismo gobernante.
Quizá por eso es que, tras la entrega de la documentación que deberá permitirle iniciar, en febrero, el camino hacia la obtención del registro como organización nacional, promotores de la iniciativa, ella misma, se encargaron de referirse a México Libre como un movimiento, “una plataforma de participación ciudadana que restaure la política en México”, un frente plural con amplia base social y, al mismo tiempo, “un partido político que se base en principios”.
Es verdad que, desde un primer momento, dirigentes y militantes del blanquiazul han llamado la atención sobre el riesgo que implica la pulverización “de las derechas…” y el ahondamiento de su ahora preocupante pérdida de presencia entre el electorado, por lo que, desde un primer momento, creemos, debe quedar claro que la intención de avanzar por la vía señalada no tiene como objetivo enfrentar y arrollar a una fuerza específica o, inclusive, al régimen en turno, sino de avanzar, insistamos, en la organización-vertebración de la sociedad que, hoy como nunca, se evidencia huérfana de liderazgos —“de derecha al menos…”— y, obvio, de la promoción del diálogo sobre México y su futuro.
No deberá pasar mucho tiempo antes que éstas u otras inquietudes tengan debida respuesta, pues nada impide ver que, en el espacio público, el debate sobre propósitos y escenarios posibles es cada vez una realidad más vigente.
México Libre, entonces, sí, en aras de garantizar un mejor futuro a nuestro ahora tan atribulado país y, obvio, a la mayoría de la sociedad.
ASTERISCOS
- Ignorantes e incongruentes, los poblanos de Morena que, once días después de que el Estado —“el gobierno al que representan y sirven, literal”— ofreció pública disculpa a Lydia Cacho por la persecución y sanción de que fue objeto en el pasado, ayer, como uno sólo, avalaron al impresentable ¿priista? Guillermo Pacheco Pulido, ¡ejecutor de la violación a los derechos de la periodista!, como gobernador interino. De los panistas, mejor ni hablar.
*Otra vez, los titulares de Energía (Rocío Nahle), Pemex (Octavio Romero) y Profeco (Ricardo Sheffield), más el subsecretario Arturo Herrera, de Hacienda, son llamados a comparecer ante legisladores para dialogar sobre el todavía persistente) desabasto de combustibles y el combate al huachicoleo, la tragedia ocurrida en Tlahuelilpan incluida. A ver si ahora les hacen caso.
*Comentamos en nuestra pasada entrega de la supuesta inclusión, como coordinadora de asesores del Tribunal Electoral del Poder Judicial federal que preside Janine Otálora, de la ebradista Leticia Bonifaz. Ayer, del propio organismo, nos aclaran que el responsable de tal función es Marco Antonio Zavala… lo que le informo, amén de ofrecer una disculpa por el yerro.
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política. Información Excelsior.com.mx
Twitter: @EnriqueArandaP