- El Movimiento Territorial buscará el reconocimiento estatuario de las zonas rurales y semiurbanas como parte de su trabajo en territorio, ya que actualmente sólo prevén a las zonas urbanas.
- El PRI es un partido institucional y unido. El debate interno, lejos de dividir, nos fortalece.
- Pensar en el 2018 como el único tema a tratar en la asamblea es una visión de futuro reduccionista. El proyecto de futuro debe dirigirse a seguir siendo la mejor opción política en el siglo XXI.
El PRI es congruente con sus convicciones democráticas. Hacia afuera es promotor del respeto a la autoridad de las leyes y sus instituciones; e impulsor de una pluralidad política que es cada vez más característica de la competencia en el país.
Hacia el interior representa a una sociedad plural e incluyente. En él participan los sectores popular, obrero y agrario; además de los grupos de mujeres, jóvenes, personas indígenas y personas con discapacidad, quienes son reconocidos en nuestros documentos básicos y ocupan un papel fundamental en la toma de decisiones.
La democracia interna se ha fortalecido con una militancia que demanda mayor participación, cuya organización le ha dado a este partido una estructura que no tiene ningún otro; desde los comités seccionales, que son las estructuras básicas y territoriales, hasta la asamblea nacional, el órgano máximo del partido.
El convencimiento de la militancia para con los principios e ideario político del PRI ha consolidado a éste como un partido institucional, donde prevalece el respeto a las reglas del juego y las aspiraciones personales se suman a un proyecto de consenso. La pluralidad de ideas y corrientes de opinión han hecho del debate priista una tradición que, lejos de dividirnos, nos fortalece y mantiene unidos.
En el Movimiento Territorial no somos ajenos a esta visión de hacer política. Desde 1993, cuando el gran mexicano e ideólogo priista, Luis Donaldo Colosio, fundó este movimiento, nos hemos dedicado a caminar las calles para conocer las necesidades y demandas de las personas. Creemos que la política debe hacerse en el territorio, y que la verdadera política tiene un solo objetivo: servir a la gente.
Es en este sentido como los emetistas trabajamos todos los días y ahora nos preparamos rumbo a la XXII Asamblea Nacional Ordinaria. A través de nuestras reuniones municipales, distritales y estatales elegimos a los delegados que han de representarnos el próximo 12 de agosto. Además, deliberamos sobre las propuestas acerca del partido qué queremos ser y del país que deseamos seguir construyendo, en las diferentes mesas temáticas.
Tenemos la certeza de que los integrantes del Movimiento Territorial, llevaremos al debate en asamblea delegados no nada más conocedores de las necesidades de esta organización, del partido y el país, sino que cuentan con la legitimidad de las bases.
Hemos recogido diversas propuestas que reflejan el sentir de los emetistas. Una de las más recurrentes busca reconocer en los estatutos del partido a las zonas rurales, semiurbanas y conurbadas como parte de nuestra cobertura en territorio, ya que actualmente sólo prevén a las zonas urbanas. Creemos que nuestras acciones deben abrirse a aquéllas, puesto que los asentamientos humanos ahí establecidos poseen necesidades específicas que deben ser atendidas con nuestras labores de gestión.
Confiamos en que la XXII Asamblea Nacional Ordinaria será un espacio abierto, plural e incluyente; un lugar común para una reflexión autocrítica, que escuche a las voces priistas. Debemos abrir el debate sobre todas las propuestas que por medio de la Comisión Nacional de Relatoría los militantes pongan sobre la mesa.
Pensar en el 2018 como el único tema a tratar en la asamblea es una visión de futuro reduccionista y hasta oportunista. El proyecto de futuro debe dirigirse a que el PRI siga siendo la mejor opción política más allá de lo que sucede cada seis años. ¿Cómo vamos a atender las necesidades y demandas de la sociedad mexicana a largo plazo? ¿Cómo vamos a fortalecer democráticamente a nuestro instituto político?
Reconocemos la crisis de comunicación y de credibilidad ciudadana que ahora afecta a las instituciones, de las que los partidos políticos no escapan. El PRI, conocedor de que la confianza de la ciudadanía es básica en democracia, se esfuerza por mejorar la situación comenzando desde casa. Ejemplo claro de voluntad es nuestro presidente Enrique Ochoa Reza, quien entre las primeras acciones que realizó una vez que tomó el cargo fue la creación de la Comisión Anticorrupción, con el objetivo de prevenir y combatir la corrupción y la impunidad al interior del partido.
En el Movimiento Territorial creemos que el PRI es el partido de México porque desde su fundación es la institución que ha desarrollado un proyecto de nación acorde con la realidad de nuestro país. Sin abandonar los ideales revolucionarios superó las armas y la inestabilidad política; en su lugar, ha impulsado gobiernos civiles e instituciones modernas y sólidas.
El PRI es el partido de los mexicanos porque se ha puesto a la altura de sus demandas, creando las instituciones necesarias para garantizar plenamente sus derechos y libertades. El ejemplo más nuevo lo integran las reformas impulsadas por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien ha respondido a los retos de una sociedad global y que cambia aceleradamente, un presidente valiente y echado para adelante.
El PRI es el partido del que los priistas nos sentimos orgullosos porque se ha construido desde las bases, escuchando siempre a los hombres y mujeres militantes que decididamente buscan un país mejor para sí y sus familias.
De cara a esta asamblea es en el PRI donde están firmes y decididas las convicciones del Movimiento Territorial. Los emetistas vamos con todo a fortalecer el priismo y seguir construyendo el proyecto para el México del siglo XXI.