Por Pascal Beltrán del Rio
En muchas mitologías, la Luna es representada como una mujer, ya sea la Selene de los griegos o la Mani de los vikingos o la Arianrhod de los celtas o la Changxi de los chinos o la Hina de los polinesios o la Coyolxauhqui de los aztecas.
Sin embargo, hasta ahora los únicos doce seres humanos que han caminado sobre la superficie del satélite han sido todos hombres. Desde Neil Armstrong y Edwin Aldrin, en 1969, hasta Eugene Cernan y Harrison Schmitt, en 1972.
Eso podría cambiar en poco tiempo. Tan pronto como en 2024, la NASA y empresas espaciales privadas podrían poner a un par de astronautas en la Luna, como parte de su programa Artemisa, cuyo objetivo final será llegar a Marte entre 2030 y 2033.
Aunque todavía falta por resolver muchos temas técnicos y financieros, la novedad será que al menos uno de esos astronautas será mujer.
Y si hay una que está en primera posición para cumplir con esa hazaña es la estadunidense Christina Koch.
La astronauta regresó a la tierra el 6 de febrero pasado, después de pasar 328 días en la Estación Espacial Internacional.
Graduada en ingeniería eléctrica por la Universidad Estatal de Carolina del Norte, Koch forma parte de la vigésimo primera generación de astronautas de la NASA, graduada en 2013. Durante los siguientes dos años, cumplió el entrenamiento para volar al espacio. El 14 de marzo del año pasado fue lanzada en un cohete Soyuz, junto con su compatriota Nick Hague y el ruso Aleksey Ovchinin.
El 18 de octubre participó en la primera caminata espacial enteramente femenina con su compañera de generación Jessica Meir. Ambas repitieron dos veces la experiencia en enero pasado.
El 29 de diciembre batió el récord de permanencia en el espacio para una mujer, tras rebasar los 289 días de Peggy Whitson. Y se quedó a sólo 12 días de romper la marca de duración de un mismo viaje espacial para cualquier astronauta estadunidense, lograda por Scott Kelly en 2016.
El miércoles, en su primera conferencia de prensa después de regresar de esa misión, fue cuestionada sobre sus expectativas de ir a la Luna.
Koch mantuvo los pies en la Tierra. “Por supuesto, para mí o para cualquiera en nuestra oficina sería un gran honor aceptar esa responsabilidad si se nos ofrece”.
Durante su estancia en la Estación Espacial Internacional, completó más de cinco mil órbitas.
–¿Qué va a extrañar más? –le preguntaron.
–La exquisita belleza de la Tierra.
Todavía recuerdo la emoción de ver por televisión el alunizaje de la misión Apolo 17 y la rodada del vehículo lunar LRV sobre la superficie polvosa (lo siento, no soy uno de esos conspiranoicos que creen que aquellos viajes fueron un montaje).
Espero que me toque volver a atestiguar semejante hazaña y ver a una mujer posar el pie sobre la Luna. Aquello será un pequeño paso para ella, pero un salto gigantesco para su género.
BUSCAPIÉS
Ya se lo había yo adelantado aquí el pasado 2 de diciembre (“¿Realmente ha mejorado la ‘economía de abajo’?”). No es posible el bienestar sin crecimiento. Durante 2019, la precarización laboral en México avanzó casi cuatro puntos, de 15.45 a 19.40%, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi. Casi 20 de cada 100 trabajadores tiene jornadas extensas, niveles bajos de ingresos o una combinación de ambos. O sea que no, no es verdad que haya una mejor distribución de la riqueza como reza el discurso oficial. Información Excelsior.com.mx