Por Jorge Fernández Menéndez
Había una época muy lejana, en la que entre las reglas del narcotráfico, y también de la política, se decía que no se atacaba ni a las amantes, a los hijos ni a las esposas, así en ese orden. Claro era la época en la que también se decía que en los medios no se podía hablar mal ni de la Virgen ni del Presidente. Pasaron muchos años, y esas reglas ya no existen (Monsiváis, al que tanto se extraña, decía que antes había que ser un valiente para atacar a un Presidente, ahora para defenderlo), pero el abandono de aquella regla de las mujeres y los hijos ha tenido como consecuencia un incremento desmesurado de crímenes inmisericordes contra las mujeres y las familias.
Es consecuencia, también, de un cambio notable en el comportamiento criminal: si los viejos capos querían que sus hijos estudiaran, hicieran carrera y no se metieran en su negocio, con el crecimiento y las ganancias exponenciales del mismo, el crimen organizado, se terminó convirtiendo claramente en un negocio familiar donde todos, o casi todos, están involucrados. Y todos están expuestos, entonces, a las venganzas y a las detenciones.
La noche del sábado fue detenida Rosalinda, esposa de Nemesio Oceguera, El Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación. Rosalinda había sido vinculada con las actividades financieras del CJNG y de Los Cuinis, un brazo de la organización, que está liderado liderado por Abigael González Valencia, quien sería el hermano de Rosalinda. La detención ocurre luego de una semana, particularmente violenta en el estado que incluyó un atentado extraño contra el exfiscal de Jalisco, Luis Carlos Nájera, ahora secretario del Trabajo.
Según las autoridades, Rosalinda fue detenida porque manejaba la estructura financiera del cártel, una organización familiar cruzada, como dijimos, con Los Cuinis. Es muy extraño que la esposa de un jefe de un cártel sea detenida. Incluso, cuando caen estos capos, en muchas ocasiones, las mujeres son liberadas. Fue el caso de la detención de El Chapo en Mazatlán, cuando estaba acompañado de Emma Coronel y sus dos hijitas, además de una cocinera. Coronel, cuyo padre también está detenido por ser parte de la organización de El Chapo, está en libertad y es una de las pocas personas con las que El Chapo puede tener algún tipo de contacto.
Detenida Rosalinda, lo mismo que el hijo mayor de El Mencho, Rubén y con fuertes rumores de que su hijo menor, apodado El Tres, fue asesinado hace un par de meses, la estructura familiar en la que se asienta el CJNG quedaría (siempre el condicional es importante en este tipo de temas) fuertemente deteriorada.
Al mismo tiempo, en Veracruz se dictaba orden de formal prisión contra otra mujer, Karime Macías, esposa del también detenido exgobernador Javier Duarte, acusada de daño patrimonial por 112 millones de pesos. Del mismo delito la fiscalía del estado acusa a la madre de Karime.
¿Por qué ahora cuando Duarte está detenido desde hace más de un año? Quizás porque falta un mes para las elecciones, y la carrera electoral entre Miguel Ángel Yunes y Cuitláhuac García está muy cerrada y el gobierno estatal quiere reforzar la idea del castigo al exmandatario para fortalecerse electoralmente. Karime, con razón o sin ella se ha convertido en Veracruz, en uno de los personajes menos queridos a partir de la exhibición de los cuadernos donde escribía aquello de “merezco prosperidad”.
No pongo en duda los malos manejos en los que incurrió la anterior administración estatal, pero también hay que señalar que algunas de las acusaciones han sido exageradas para obtener beneficios electorales, como la de que se les suministró tratamiento contra el cáncer a niños utilizando medicinas apócrifas, quizás lo que más repudio causó contra Duarte. Hasta hoy eso jamás se ha podido comprobar y la propia Secretaría de Salud federal insiste en que eso nunca ocurrió y que de todas las medicinas investigadas se encontró sólo una ampolleta cuyo contenido no era el que indicaba su nombre. Insisto, no se trata de exculpar ni a Duarte ni a su mujer, pero que la orden de aprehensión contra ella sea expedida por la fiscalía estatal a un mes de los comicios parece una medida electorera.
Y mientras tanto, otra mujer, Nestora Salgado recibe la defensa incondicional de López Obrador, quien dice que él fue perseguido igual que Nestora. No es verdad: Andrés Manuel no fue perseguido ni siquiera cuando tomó pozos petroleros en Tabasco (que era un delito federal) ni cuando se dio el desafuero, por desacatar una orden de la Suprema Corte. Se lo cuestionó, pero jamás se lo persiguió. Nestora es una mujer que encabeza grupos armados ilegales (porque la policía comunitaria de Olinalá es ilegal), que secuestra, roba, viola e impone castigos corporales, incluso, a las autoridades municipales y a sus familias.
Andrés, es igual a Nestora. Andrés es un político, se esté o no de acuerdo con él, ella es una delincuente. Información Excelsior.com.mx