Por Enrique Aranda
En más de una ocasión en los últimos días, semanas, Andrés Manuel López Obrador ha validado, en los hechos, aquello de (yo) “ni los veo… ni los oigo”, la frase que, en el marco de su último informe de gobierno, en septiembre de 1994, sirvió a su (odiado) antecesor priista y neoliberal Carlos Salinas de Gortari para evidenciar su desprecio por los reclamos y señalamientos que, de manera airada, le hacían legisladores de la entonces reunificada oposición de izquierda.
Ni los veo ni los oigo, parece repetir ahora el tabasqueño cada vez que, de parte de algún científico o personaje nacional o extranjero, se exige al gobierno de la 4T tomar medidas más drásticas para intentar aminorar los previsibles efectos negativos, letales no pocos, de una expansión acelerada de contagios por coronavirus y, al propio tiempo, tratar de contener, o reducir al menos, el daño que a la ya de suyo precaria situación económica —combinada con la crisis global del petróleo, es verdad— se viene anunciando de tiempo atrás.
Ni los veo ni los oigo, igualmente, parece ser su implícita respuesta cuando, en cuanto que al jefe del Ejecutivo, se le invita a controlar su excesivo protagonismo y afán de lucimiento en el marco de concentraciones masivas o a dejar de invitar a la población a no prestar oídos a la información que ofrecen los medios y las “benditas” redes sociales y, en los hechos, transgredir políticas de “aislamiento social” que su propia administración y, de manera notable y no con escaso éxito habría que decir, no de ahora, sino de mucho tiempo atrás, vienen impulsando sus homólogos en los estados y municipios a todo lo largo y ancho del territorio.
Ya ayer, finalmente, se formalizó la inmersión de México en la segunda fase del programa preventivo y de contención de la expansión de la epidemia que, entre otras muchas cosas, endurece las restricciones de carácter social, privilegiando la preservación de la salud sobre la economía y pone coto a la acción de toda suerte de entidades, las gubernamentales entre ellas.
Habrá, pues, que estar atentos para ver cómo evolucionan las cosas…
ASTERISCOS
* Importante, sin duda, la decisión de la Secretaría de Marina, a cargo del almirante Rafael Ojeda, de poner al servicio de la sociedad en general el total de sus centros (médicos y/u hospitalarios) para la atención de pacientes graves infectados por el coronavirus, 79, y los 4,043 centros de aislamiento voluntario con que cuenta a nivel nacional…
* Al igual que un sinnúmero de empresas y/o grupos empresariales lo han hecho ya en el marco de la crisis actual, conforme a sus propias políticas de sustentabilidad y responsabilidad social, Televisa anuncia ahora el lanzamiento de promociones orientadas a poner al alcance del público, en forma, manera y/o con descuentos, el acceso a contenidos y servicios vía Izzi, Blim y Sky. Bien…
* Aclaración: si bien creo validar prácticamente todo lo expuesto en Excélsior por Víctor Manuel Garcés Rojo, no puedo hacerlo respecto a su presunción de que el contenido de nuestra entrega del 4 de marzo —“Cruz Azul, la puja eterna”— sea falso o pretendiera calumniarle, pues en ella no se hizo más que consignar la presentación de tres denuncias en su contra sin emitir opinión o juicio alguno…
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política…Información Excelsior.com.mx