Por Jorge Fernández Menéndez
Se puede entender que Andrés Manuel López Obrador esté cubriendo compromisos políticos al postular a personajes como Nestora Salgado o Napoleón Gómez Urrutia. Se entiende mucho menos la defensa acérrima de personajes que a todas luces no sólo no cumplen los requisitos mínimos para ser candidatos, sino que, además, están acusados de delitos graves contra la sociedad.
Ayer el consejero del INE, Benito Nacif, reconoció que el instituto no fue informado por Nestora Salgado de su doble nacionalidad (mexicana y estadunidense) y que no hubo nadie que promoviera una queja al respecto, por lo que el tema no fue valorado al darle el registro. Es una verdad a medias: que Nestora tenía doble nacionalidad es un hecho público, tan público que fue liberada de prisión por esa razón, ya que Nestora, meses después de que fue detenida (acusada, entre otros delitos, de 48 secuestros como comandante de un cuerpo armado ilegal, la llamada policía comunitaria de Olinalá, en Guerrero) invocó su nacionalidad estadunidense diciendo que se había violado el debido proceso al no informar al consulado de su detención. La doble nacionalidad de Nestora era pública desde hace más de dos años, cuando fue liberada y enviada, precisamente, a la Unión Americana. Es un descuido grave de la autoridad electoral y de los partidos políticos no verificar esa información cuando era públicamente tan notoria.
En su caso, como en el del también candidato Napoleón Gómez Urrutia, no hay duda alguna: no pueden ser candidatos al Senado porque tienen doble nacionalidad, una estadunidense y el otro canadiense. No han renunciado a esas nacionalidades e incluso en sus respectivos procesos penales se han amparado en esas nacionalidades, una para salir de la cárcel y el otro para permanecer prófugo.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha especificado con toda claridad que para los cargos de elección popular se exige que se renuncie a cualquier ciudadanía de un país extranjero. Y, además, ambos, han engañado a la autoridad electoral tratando de ocultar ese hecho.
Según Nacif, la candidatura puede ser anulada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación si existiera una denuncia (en realidad hay denuncias al respecto ante el TEPJF tanto del caso de Nestora como de Napoleón) o, incluso, después de la elección al resolver la validez de las elecciones. Me parecería una enorme irresponsabilidad esperar a después de las elecciones para invalidar dos candidaturas que a todas luces son ilegítimas e ilegales.
También tiene el TEPJF otra papa caliente: la candidatura de Jaime Rodríguez El Bronco. El INE ha presentado denuncias ante la Procuraduría General de la República y el Tribunal por malos manejos financieros de la campaña de Rodríguez, al tiempo que también existe otra denuncia respecto a la utilización de personal del gobierno de Nuevo León que recabó firmas, según el INE, en forma ilegal, en horario laboral, para su candidatura. Eso anularía unas 19 mil firmas y podría revertir el registro de El Bronco. Sea por una causa o por la otra, la candidatura de El Bronco vuelve a quedar en manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que fue el que lo confirmó en la misma cuando el Instituto Nacional Electoral
ya había desechado su candidatura.
Insisto en un punto: la elección del primero de julio será difícil, cuestionada, habrá todo tipo de impugnaciones, aunque la organización y la jornada electoral terminen siendo impecables. No hay necesidad de conflictuar aún más el proceso, ni política ni legalmente. Los casos a todas luces ilegales de Nestora y Napoleón deben resolverse ya. Y no puede pasar del 12 de junio, fecha del tercer debate presidencial, el definir si El Bronco puede seguir o no con su candidatura.
Por cierto, ¿Rigoberto Salgado, también candidato a diputado federal y exdelegado de Tláhuac, puede seguir en su campaña después de que se encontraron 270 kilos de cocaína del Cártel Jalisco Nueva Generación en esa delegación, destinados al cártel que se asegura protege el exdelegado?
Y TU MAMÁ TAMBIÉN…
Si alguien tenía dudas de que Margarita Zavala y sus seguidores no se van a ir con Ricardo Anaya las puede disipar fácilmente con el intercambio de tuits que tuvieron el candidato del Frente con el expresidente Felipe Calderón.
El lunes Ricardo escribió un tuit hablando de equidad de género y decía que a él no le cuentan que una mujer sea la primera en levantarse y la última en acostarse porque eso lo vio con su mamá, y había crecido en una familia con igualdad.
El expresidente Calderón le contestó que “por eso abusaste de tu poder para cancelar la democracia interna del PAN y violentar los derechos políticos de una mujer que era la candidata más viable en el PAN y en el país. Pregúntale también a tu mamá si eso estuvo bien”.
No hay, no puede haber voto útil posible de los seguidores de Margarita y de Calderón, que son muchos, hacia el candidato del Frente. Hay demasiadas afrentas.Información Excelsior.com.mx