Mérida, Yucatán, 4 de noviembre de 2017.- Con una presentación de títeres que escenificaron el cuidado del medio ambiente, dio inicio a una serie de talleres de escritura creativa dirigida a niñas, niños y jóvenes que, a través del lenguaje, promoverán los valores y fortalecerán la identidad cultural.
El titular de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (Segey), Víctor Caballero Durán, comentó que desde la dependencia se forjan distintos programas de preservación del entorno y, en esta ocasión se realiza a través de la escritura.
“Tenemos la misión de cuidar nuestro ambiente y qué mejor manera de hacerlo desde la escuela y el espíritu creativo de los niños. Me siento orgulloso de que tengamos guardianes en el presente de nuestro futuro”, mencionó.
La figura mítica de los Kanules lleva a los infantes al terreno de lo fantástico y a un planteamiento ético, al saber que estos seres guardianes han sido secuestrados por el Ka’a ka’asba’al y, ahora, el universo requiere de su ayuda para restaurar el orden.
Por su parte, la directora de la Unidad Editorial de la Segey, Verónica García Rodríguez, informó que los más de 150 niños y niñas que asistieron provienen de diversos puntos de la entidad y aportan sus conocimientos para la conservación de nuestro patrimonio cultural.
“Ustedes se unen a más de 200 escuelas que trabajan en la Ciudad de México y en Hidalgo, quienes tienen la misma misión: proteger el medio ambiente; Ahora, comienza su misión”, explicó.
A lo largo del taller, los participantes seguirán los 10 pasos que los llevarán a descubrir sus nombres, su kanul, sus poderes y su misión, que deberán comprometerse a cumplir para convertirse en Kanules del Mundo Maya.
Cabe destacar que la mecánica de esta actividad está basada en la escritura creativa, dirigida a que los participantes desarrollen el pensamiento alternativo para expresar emociones.
El programa cuenta con cuatro sesiones con un contenido específico, correspondiente a la temática anual del Festival Internacional de la Cultura Maya (Ficmaya).
Es también una oportunidad de inspirar a niñas, niños y jóvenes a potenciar lo mejor de sí mismos, a mirarse como seres especiales y como parte de una gran hermandad que puede extenderse a otras partes del planeta.
Finalmente, Caballero Durán subrayó que es un juego fantástico de esperanza que puede contribuir a construir un mundo en el que dioses, plantas, animales y seres humanos volvamos a convivir en paz.