Por Francisco Garfias
Las cosas no pintan bien en la campaña de José Antonio Meade. El candidato presidencial del PRI-PVEM-Panal nomás no crece en las preferencias electorales. Las encuestas más recientes lo ubican a 21 puntos de AMLO y a 10 de Ricardo Anaya.
El hombre no logra subir en las preferencias electorales.
Los ciudadanos simplemente no le creen. El enojo de la sociedad es superior a la reflexión.
Meade es un candidato con buenas calificaciones académicas, tiene experiencia, conoce la administración.
Ha sido cinco veces secretario de Estado, habla idiomas, tiene posgrado, conoce el medio internacional.
Pero arrastra consigo el desprestigio del partido que lo postuló, sin ser militante.
“No es Meade, es el PRI, estúpido”, nos dijo un miembro del equipo de campaña de José Antonio. Ésa, según él, es la explicación de la insuficiente penetración del candidato.
Parafraseaba la declaración de James Carville, asesor de Bill Clinton: “¡Es la economía, estúpido!”
“Hay un desmadre adentro”, nos dijo la mencionada fuente, a condición de no ser citada. “No hay un general, no hay coordinación, se desconocen muchas cosas del partido”, se quejó.
Nuño es oficialmente el coordinador de la campaña y el hombre fuerte en el equipo. Es falsa la idea de que el poder tras el trono es Luis Videgaray. “Anda en otras cosas. Ni se asoma”, aclaró la fuente. La influencia de Manlio, Beatriz, René Juárez, Carolina Viggiano y González Zarur, coordinadores regionales de la campaña, es muy marginal.
Súmele que a lo largo de la precampaña y la intercampaña han ocurrido cosas que parecen “fuego amigo”.
Es el caso de la exoneración de César Duarte por parte de la PGR, que le pegó de lleno a Meade. Un miembro del gabinete nos aseguró que Peña Nieto le jaló las orejas a Alberto Elías Beltrán, encargado de despacho en la PGR, por haber exonerado al impresentable exgobernador en tiempos electorales.
Nos contó que en una reunión donde se encontraba el sucesor de Raúl Cervantes, el Presidente dejó claro que no quería más “sorpresas” como la de la PGR.
Serán cinco los candidatos presidenciales, El Bronco se incorpora a la boleta electoral. El TEPJF avaló las trampas del gobernador con licencia de Nuevo León para alcanzar las firmas requeridas. De esos cinco, tres son de partido, una independiente y otro “del Tribunal Electoral”, como dice la expanista Margarita Zavala.
El argumento es que a Jaime Rodríguez se le negó el derecho de audiencia en el INE y no se le respetó el debido proceso, luego de que se aseguraba que 810 mil 847 firmas fueron obtenidas, por el gobernador con licencia, en forma irregular.
“Dios es grande”, escribió El Bronco en redes sociales.
La pregunta que surge es: ¿qué tiene que ver Dios en los enjuagues del Tribunal?
Más bien debió haber escrito: “El Tribunal y los que quieren dispersar el voto, son grandes”.
En México tenemos un dicho que raya en el cinismo: “El que no transa no avanza”.
Ése parece ser el mensaje que nos envían los cuatro magistrados que resucitaron la candidatura independiente de Jaime Rodríguez.
Y, de paso, el Tribunal le dio otra bofetada al INE, que anda en el papel del cohetero: queda mal con todo el mundo.
En una de esas hasta llegamos a tener seis abanderados presidenciales. En diez días, Armando Ríos Piter podría estar en campaña. Es el plazo que la Sala Superior le dio al TEPJF para revisar las firmas “de carne y hueso” que dice haber presentado.
Si el Tribunal rescató a El Bronco, ¿por qué no al Jaguar?
El tema parecía apagado, pero a Ricardo Anaya no lo van a soltar hasta después del primero de julio.
El abogado de Luis Alberto López, chofer del empresario Manuel Barreiro, dio a conocer ayer que su cliente confesó haber participado en la “simulación” del acto de compra-venta de la nave industrial que Ricardo Anaya compró posteriormente en Querétaro.
“Mi cliente declaró que sí accedió a firmar ciertos documentos como un favor personal para su jefe, Manuel Barreiro”, dijo Patricio Kegel Jacob, abogado del chofer de Barreiro.
Ni siquiera sabía qué era lo que estaba firmando.
El chofer del “conocido” de Anaya, a cuya boda asistió, no sacó ningún beneficio personal de ese “favor”, por lo que fue exonerado por la PGR.
El candidato del Frente nos debe una explicación contundente de esta operación con Barreiro, quien está acusado de lavado de dinero.
Siguen las quejas contra Héctor Serrano, quien es señalado como uno de los responsables del crecimiento de Morena en la Ciudad de México.
Este hombre de confianza de Miguel Mancera fue el “gran elector” de las candidaturas del PRD en la capital. Nos ponen como ejemplo el caso de la delegación Iztapalapa.
El otrora bastión del PRD está en peligro de perderse por la situación de crisis que esa demarcación enfrenta.
Ya se fue del amarillo Alfredo Hernández Raigosa, El Camarón, de los pocos que quedaban con representación popular. El mismo destino podría correr el diputado federal Arturo Santana. Ambos fueron maltratados en el sexenio que termina, nos dicen.
“Todo se lo dieron a la actual jefa delegacional, Dione Anguiano, y a su sobrina, Karen Quiroga”, nos dice el mensaje, que llego vía WhatsApp. Quiroga, atinó usted, es candidata a alcalde de Iztapalapa. Finalmente todo queda entre familia.
Ricardo Ampudia, periodista y diplomático, presentó ayer en el Senado su libro El Turismo en la agenda de México.
Esta obra, escribió el secretario Enrique de la Madrid, es una oportunidad para comprender, de forma profunda, la naturaleza y la complejidad del turismo, así como el valor que éste tiene en el movimiento y el progreso en México. Información Excelsior.com.mx