Debido a la pandemia de COVID-19 las clases se tuvieron que adaptar al sistema en línea, medio por el cual, miles de estudiantes concluyeron el anterior ciclo escolar; sin embargo, desafortunadamente hay algunos jóvenes que no cuentan con las herramientas necesarias para continuar con sus actividades desde casa por lo que han tenido que ingeniárselas para poder concluir con sus estudios.
Es el caso de Iván, un adolescente de 18 años, de Xalapa, Veracruz quien con la ayuda de su celular y recargas electrónicas pudo seguir con sus clases, luego de que desde el pasado mes de marzo las autoridades de salud determinaran continuar con el ciclo escolar en la modalidad a distancia.
Además de estudiar, el joven trabaja como pintor para poder financiar sus estudios, vive a solo 20 minutos del centro de la ciudad, en la colonia Niños Héroes, donde pese a su cercanía muchas familias no cuentan con servicio de internet o una computadora para regresar a clases.
Por esta razón, Iván a veces acudía a la casa de un amigo quien le prestaba su computadora y le permitía tener acceso a internet para realizar sus tareas y trabajos, pero la mayoría de las veces tenía que hacer recargas de 50 o 100 pesos para poder concluir su educación de nivel medio superior en el Bachillerato Unidad y Trabajo, escuela ubicada en la colonia Revolución, a más de media hora de distancia de su casa.
Sin embargo, su situación no ha sido impedimento para continuar con sus sueños y seguir creciendo profesionalmente, pues ahora está a la espera de su posible ingreso a la Universidad Veracruzana (UV), en donde planea estudiar la carrera de Ingeniería Química.
Dicha institución tiene planeado un modelo mixto en donde sus alumnos tomarán clases en línea y presenciales, pero estas últimas solo cuando el semáforo epidemiológico se encuentre en verde. Iván aún no sabe cómo será el mecanismo de estudio, pero espera que con el pago semanal en la recarga de datos a su teléfono podrá iniciar su carrera.
Pero este joven no es el único que ha tenido que continuar con sus estudios de esta forma pues sus hermanos, dos de bachillerato y uno de primer año de primaria, también tomaron sus clases desde casa.
“Mis hermanas tienen celular, por ahí estudian. Recargan saldo a la semana o al mes, 50 o 100. Nos dura una semana o 10 días nada más, después ya solo sirven para el WhatsApp, después ya no pueden investigar”, mencionó.
Ximena y Caro, de 16 y 17 años respectivamente, quienes estudian el bachillerato trabajan en una zapatería para pagarse sus estudios y decidieron usar sus celulares para no abandonar su escuela.
Pero en el caso del pequeño, de siete años, recibió su certificado de Jardín de Niños, aunque no pudo continuar con sus clases en línea, ya que no cuenta con computadora y en la televisión no recibía la señal de RTV, donde se difundieron las actividades escolares.
Con información de E-Veracruz