Por Francisco Garfias
Eran madres de familia, abuelitas y encargadas de las estancias infantiles que el gobierno de la Cuarta Transformación dejó sin recursos, y que están en riesgo de desaparecer. Sus ropas reflejaban que no eran fifís. Llegaron de todo el país. Gritaban enojadas a AMLO “¡Nos fallaste! ¡Nos fallaste!”.
Se manifestaban al interior de las instalaciones de la Cámara de Senadores para solicitar la reposición de dos mil millones de pesos que, por voluntad de un solo hombre, les fueron retirados bajo pretexto de actos de corrupción.
Las 9 mil 300 estancias infantiles que hay en todo el país enfrentan ahora serias dificultades financieras. Sin esos recursos no pueden operar. Alrededor de 350 mil niñas y niños se han visto afectados.
El dinero será entregado directamente a los padres para que lleven a los niños donde mejor les plazca. No habrá control, ni fiscalización.
Una forma de ganar voluntades y votos en elecciones por venir.
Las inconformes eran acompañadas por legisladores de todos los partidos. Por allí vimos a las senadoras de Morena Malu Micher y Lucía Meza.
Pero también a la panista Josefina Vázquez Mota; a la emecista Patricia Mercado; al perredista Miguel Mancera, pero, sobre todo, a la plana mayor de la bancada del PRI que se trepó en el tema: Osorio, Añorve, Eruviel.
Por allí se escuchó una grabación que deja mal parado al Presidente. La reprodujo Anahi Magaña, de Hidalgo. Se escucha la voz de AMLO cuando asume el compromiso de que las estancias infantiles y los Cendis del PT tendrán suficientes recursos.
“Nos has fallado, Presidente. Nos has fallado a las madres y a la sociedad vulnerable, a los niños”, dijo Magaña.
Las acusaciones de corrupción las tienen indignadas. “Si la hay, que cheque dónde está y la castigue. Pero no todas somos corruptas”, dijo Norma Velázquez, del Edomex.
A las legisladoras de Morena no les gustó ni tantito el tono y los discursos de las inconformes. Menos que algunas de ellas hayan dicho que no volverían a votar por AMLO.
Esa irritación de los obradoristas se manifestó posteriormente al interior del Salón de Sesiones. “La cosa está muy caliente allá adentro. Piensan que les pusieron una trampa”, nos dijo Mancera.
A las seis de la tarde, las senadoras de Morena tenían pactada una reunión en la Secretaría de Hacienda para ver el tema. “Una comisión de Morena que estamos haciendo”, dijo Meza, y de inmediato escuchó el rechazo.
“¡No, no, no!”, gritaron algunas inconformes apenas oyeron la palabra Morena. Eso encendió el ánimo de la senadora Meza. “Yo las escuché con mucha atención. Les pido respeto cuanto tenga el uso de la palabra”, dijo.
Y más: “Podemos caminar de manera paralela. Que la comisión avance lo que tenga que avanzar. Pero nosotros podemos hacer ya, en este momento, un enlace.
“Les quiero decir que no nos vamos a levantar de la mesa hasta que nos den una respuesta. Es el compromiso de los senadores de Morena”, subrayó.
El conflicto por las estancias crece como bola de nieve. Se complica innecesariamente. Le da armas a la oposición. La causa por la que luchan las mujeres es más que noble. Le pega a la niñez, el futuro de México.
Las mujeres andan bravas en la Cuarta Transformación. En el Patio del federalismo hubo rueda de prensa para protestar por las crecientes agresiones y violencia que sufren en el Metro y en la calle.
Las senadoras, entre ellas la panista Kenia López, llevaban una elocuente pancarta por la reacción negativa que la jefa de gobierno ha tenido ante las denuncias que se han multiplicado. Dice que es una campaña en contra de su imagen.
“Sheinbaum, disculpa las molestias. Nos están matando”, decía la pancarta.
La senadora del MC, Verónica Delgadillo, “Claudia Sheinbaum es el gobernador (sic) más machista que conozco. Eso lo esperamos del góber precioso, pero no de la jefa de Gobierno”, dijo.
Ya en corto, dio datos sobre el nivel de violencia que sufren las mujeres en el Metro. En 11 días ha habido 45 denuncias, según la propia Delgadillo.
Y se queda corta. Ayer mismo publicamos aquí el testimonio de Laura N, agredida por un hombre obeso que la jaloneó antes de llegar al torniquete, mientras le decía: “Vámonos a casa, mi amor. Ya no te enojes…”.
El hecho ocurrió en la estación Puebla de la Línea 9 del Metro, a las diez de la mañana.
En el Senado, su excasa por seis años, los propios morenistas le armaron una grilla a Miguel Barbosa, aspirante a la candidatura a gobernador del partido guinda en Puebla.
Es el favorito en las encuestas, pero sus adversarios internos lo quieren bajar de la contienda a como dé lugar.
Buscan colar al senador Alejandro Armenta.
Dicen que Barbosa se apoya en el secretario de gobierno de Puebla, Fernando Manzanilla, otrora coordinador del PES en San Lázaro, para “reprimirlos y espiarlos”.
Manzanilla, agregan, trae amenazados a los alcaldes para que apoyen a Barbosa. “En lugar de combatir al huachicol ha encabezado una campaña de temor”, aseveran.
“Barbosa no está en las mejores condiciones. Manzanilla (su aliado) utiliza un sistema de espionaje, llamado Galileo, que heredó de su cuñado, Rafael Moreno Valle”, dijo Armenta.
Hace apenas dos días, el CEN de Morena, que encabeza Yeidckol Polevnsky, puso una queja en el INE contra este senador poblano por actos adelantados de campaña.
Y es que Armenta anda movidísimo. Por todos lados dice que quiere ser gobernador. Logró que 55 senadores le firmaran una carta de apoyo. Puso espectaculares para promocionarse. En el informe de labores de la senadora Lilia Rivera, de Tlaxcala, fue presentado como el próximo gobernador de Puebla. Y trae apoyo del buen Ricardo Monreal. Información Excelsior.com.mx