Juno, la nave espacial enviada a Júpiter por la NASA en 2011, captó este año el momento en que un ciclón se formaba en el polo sur del planeta.
Esta tormenta masiva ha alcanzado tal tamaño que de haber surgido en la Tierra se habría tragado por completo al estado de Texas en los Estados Unidos.
Según los datos de la NASA, este ciclón se integró al sistema de huracanes de Júpiter desde 2016, año en que se mantuvo ‘estable’.
Al principio esta gigantesca tormenta integraba a cinco ciclones masivos acomodados de forma pentagonal alrededor de otra tormenta, sin embargo, ahora que otro huracán se ha unido al sistema se ha formado un hexágono casi perfecto que en conjunto podría tragarse a todo nuestro planeta.
Los vientos del nuevo ciclón se mueven a 362 kilómetros por hora; una velocidad y tiempo similar al de las demás tormentas que lo acompañan.
De acuerdo con Alessandro Mura, coinvestigador de la misión Juno y miembro del Instituto Nacional de Astrofísicos de Roma:
“Esta nueva tormenta es más pequeña que sus otros seis ciclones hermanos ya establecidos; es del tamaño de Texas. Tal vez datos de JIRAM (el aparato de mapeo infrarrojo que carga la sonda Juno) de vuelos posteriores nos mostrarán si este nuevo ciclón está creciendo al igual que sus vecinos”.
Según lo informan los científicos a cargo de Juno, el nuevo ciclón de Júpiter fue descubierto casi por casualidad, pues cuando el gigantesco planeta comenzó a moverse tuvieron que cambiar la dirección de la nave para impedir que quedara en la parte oscura del planeta.
En camino hacia la nueva exploración, centrada en el polo sur de Júpiter, Juno tropezó por accidente con la tormenta y, ya que este viajero se alimenta de luz solar, decidió permanecer donde los rayos del astro tocan la superficie de Júpiter para seguir su recorrido.
Con información de la NASA