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El presidente intenta “ponchar” el globo del escándalo que le armarán el próximo domingo 13 los enemigos de su Reforma Electoral –que no son pocos– quienes convocan a una marcha para defender a las instituciones electorales.
De una vez, desde el púlpito mañanero, López Obrador despotrica.
Acusa a Lorenzo Córdova y amigos que lo acompañan, –léase Fox, Calderón, Claudio X. González, Zedillo y la bola de políticos herederos del innombrable, Carlos Salinas– de rateros, clasistas, corruptos, racistas, deshonestos e inmorales por oponerse a que los consejeros electorales sean votados por el pueblo, el INE sea transformado y nuestras elecciones dejen de ser las más caras del mundo.
¿Cómo no van a ser corruptos, cómo no van a ser rateros?, si esos que impulsan la marcha adversaria fueron los que apoyaron todo el saqueo que se llevó a cabo en los últimos 36 años y convirtieron a México en el País de mayor desigualdad en el mundo. El presidente dice además que esos vociferantes quieren una oligarquía, mantener privilegios y seguir robando porque no tienen llenaderas, que se trata de una cúpula de poder económico y de poder político con achichincles, voceros y despistados que aspiran a ser “fifís” y lo que todos esos tienen es miedo al pueblo, concluye.
De esta manera, López Obrador pidió a sus seguidores quedarse en sus casas, no caer en provocaciones ni hacer caso a los medios de comunicación alcahuetes. Demuestra que la marcha le ocupa y, sobre todo, le preocupa.
Por cierto, el domingo 13, Andrés Manuel cumple 69 años, aunque parezca más viejo. Se va de gira al sureste; celebrará en su rancho de Palenque. Información Radio Fórmula