Una vez que Pachuca y Pumas se vean las caras en el Play In este jueves 2 de mayo, habrán pasado 110 días de que los Tuzos comenzaron su actividad en este Clausura 2024, competencia en la que están alternando la Copa de Campeones de la Concacaf, lo que significa que arrastrarán una carga en las piernas de los jugadores de 24 partidos en un lapso de 16 semanas.
Para ser más precisos, Pachuca tuvo ocho semanas donde solo descansaba 72 horas para su siguiente partido, mientras que la novena fue atípica ya que se le programó el duelo ante las Águilas con tres días de reposo y ante la UNAM con solo 48 horas.
El contraste está en que solo vivió tres semanas donde pudo descansar cinco días entre un partido y otro, aunque es cierto que también entra la Jornada 1 y 3 (que se jugó antes que la 2 por cuestión de calendario) tuvo dos semanas de descanso y a ellas se sumaron otro par de la Fecha FIFA de marzo, aunque ahí no todo fue reposo ya que Erick Sánchez fue convocado con el Tri y Salomón Rondón con Venezuela.
La voz de un experto
Daniel Ipata, preparador físico del Pachuca en distintas etapas (1996-2000 – 2006-2009 – 2013), explicó a mediotiempo el impacto que tiene en el jugador no tener un reposo mínimo de 78 horas entre un partido y otro como sugiere la misma FIFA.
“El ideal es que haya una recuperación de por lo menos 48 o 72 horas con la totalidad del plantel, con 72 horas no hay ningún tipo de problema para jugar. En el caso de ser menor el tiempo, afecta primero a nivel de resultado: se pone en riesgo la clasificación; a nivel de la salud del jugador, entra en una zona de riesgo de lesión importante.
“Lo que se hace es monitorear al jugador con evaluaciones bioquímicas, donde nos permite analizar qué jugadores están más y menos recuperados, saber qué jugadores pueden estar en zona de riesgo de lesión. En el rendimiento general y colectivo disminuye porque es menor el plazo de reposo a las 72 horas que deberían de ser”.
No obstante, Ipata considera que el cuerpo técnico de Guillermo Almada tomará las mejores decisiones para salir bien librados del duelo ante las Águilas de este martes, así como del choque del jueves ante los Pumas.
“Seguramente el cuerpo técnico de Pachuca encabezado por Guillermo Almada sabrá muy bien cómo encarar este compromiso”.
El trajín de partidos, una señal de alerta
La falta de descanso entre los jugadores ha comenzado a hacer ruido a nivel internacional desde hace unos años. Incluso, la FIFPRO (Federación de Futbolistas Profesionales), lanzó en 2023 un informe anual llamado ‘Saturación de calendario: efectos adversos sobre la salud y el bienestar de los futbolistas’, donde se advierte que la carga de partidos sin el reposo adecuado, puede llevar riesgos para la duración de la carrera de un jugador, así como tener problemas de salud mental y de vida personal.
Y no solo eso, sino que también se refiere que puede desencadenar un tema de pérdidas económicas para los clubes y jugadores, ya que una lesión generada por la carga excesiva de partidos puede condenar al futbolista a estar varias semanas fuera de las canchas, lo que impacta negativamente en patrocinadores y seguidores.
El estudio sugiere que en la actualidad hay una saturación de partidos, ya que cada vez hay más competencias y menos tiempo de reposo, situación que ilustran de la siguiente manera:
A la edad de 22 años, Vinícius Junior ha jugado ya 18,876 minutos en el futbol de clubes y de selección nacional: más del doble que Ronaldinho, antiguo futbolista brasileño, a su misma edad.
El francés Kylian Mbappé ha jugado a la edad de 24 años 26,952 minutos: un 48 por ciento más que Thierry Henry a la misma edad.
El desgaste mental
Daniel Ipata consideró que a estas alturas de la competencia pesa más el desgaste físico por el trajín de los partidos que el tema mental entre los jugadores, ya que disputar instancias finales es una gran motivación.
“Lo que más quiere hacer el jugador es estar jugando, así que mentalmente siempre está dispuesto para poder competir y jugar, esto en un contexto de que estamos en una situación de que ya se jugó todo un torneo entero, es decir la totalidad de la fase regular, también casi un campeonato entero a nivel de la Concachampions. Lo que hay es una fatiga acumulada. Los equipos mexicanos tuvieron que viajar tanto a Costa Rica como a Estados Unidos y el desgaste a esta altura de los dos torneos comienza a sentirse”.
No es la primera vez que se empalma el calendario
El expreparador físico del Pachuca recordó que en 2006 vivió un caso similar al que está pasando hoy el equipo de Guillermo Almada, que se dio en marco de la Final de la Copa Sudamericana y la Liguilla del futbol mexicano, donde los Tuzos terminaron levantando la copa del torneo de la Conmebol, aunque fueron eliminados en Semifinales de la Liga MX.
“En 2006 cuando Pachuca gana la Copa Sudamericana, le toca una instancia de Semifinales del Apertura contra Toluca, la Ida se jugó en el Hidalgo el miércoles (29 de noviembre), y al otro día jueves 30 teníamos el partido de Ida de la Copa Sudamericana contra el Colo Colo de Chile. Lo encaramos con dos equipos distintos, solo repitieron algunos jugadores tanto en cancha como en banca entre miércoles y jueves.
“Nosotros jugamos miércoles 29, jueves 30 y domingo 3 la Vuelta en la Bombonera contra Toluca. El 13 de diciembre jugamos la Final de la Sudamericana contra Colo Colo, viajando a Chile, y ahí ganamos la Sudamericana, ahí optimizamos los procesos de recuperación y el Profe Meza estableció determinadas rotaciones para poder encarar los dos torneos”, remató. Información Medio Tiempo
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