Una de las consecuencias de la pandemia es el regreso a clases a distancia. Muchos padres tienen que dejar solos a sus hijos en casa, frente a la televisión
“Santiago, cierra bien, recuerda no se abre a nadie y si alguien se quiere meter que se lo coma Goku”, dijo Braulio Salvador.
Santiago de 10 años y Gustavo de 8 años de edad se quedan a veces solos durante del día, porque sus padres tienen que salir a trabajar o a comprar las provisiones para la comida.
“Yo soy trabajador de la Secretaría de Finanzas, ahorita no estamos yendo, mi esposa es enfermera, ella trabaja en el Rubén Leñero. En la mañana nos levantamos, desayunamos algo, les ponemos las clases”, dijo Braulio.
Solo hay un televisor en casa, por eso en la sala se turnan Gustavo y Santiago para atender las clases.
Mientras Braulio trabaja desde casa, en el comedor, manda correos, revisa que sus hijos sigan las clases; antes ya fue por la comida y llevó al perro al veterinario.
Se apura porque después esa computadora la tiene que usar Gustavo o Santiago, que luego de las clases por televisión, tienen clases en línea.
Elizabeth, antes de irse al hospital, adelanta la limpieza de la casa, porque después cuando regrese en la noche, seguirá con los pendientes de casa, esos que nunca acaban.
“Yo soy enfermera, trabajo con un horario de 7 a 15 horas, actualmente de viernes a lunes, por la situación, me otorgan un día extra porque estoy en una área COVID, entonces por lo regular vengo llegando a casa, 4 o 4 y media, les dejo encargado a ellos que vean las clases, les doy sus horarios, y en ese lapso preparo algo de comer, previamente tengo cosas en la casa para llegar y preparar y por la tarde tengo planeado las tareas, duermo como a eso de las 11 de la noche”, afirmó Elizabeth Rodríguez.
“En la mañana yo voy compro las cosas, ya nada más que ella llegue a preparar. A veces cuando tengo que ir al súper, el perro se queda a cargo de la seguridad y me voy rápido al súper 10 minutos caminando, rápido en los pasillos, le doy instrucciones a mi hijo, le digo cierra la puerta, si tocan no hay nadie”.
En esa casa como en muchas otras se ha revalorizado el papel de los maestros, porque los padres no saben bien cómo enseñar a los hijos o incluso manejar sus conductas.
“Si la verdad, a veces no meditamos, el ser maestro hay que tener bastante paciencia, hay que saber cómo explicar las cosas, a mi lo que me cuesta trabajo es que yo explico las cosas a como yo las entiendo y luego ellos no me entienden y me desespera, digo uno no está acostumbrado a eso no, ahí dices los maestros se tienen que preparar y luego que tienen varios niños, yo nada más tengo dos y me estoy volviendo loco”, insistió Braulio.
Los abuelos pueden ayudar a cuidar a los nietos, pero están guardando ese recurso por seguridad ante el contagio de COVID y porque, en algún momento, todos tendrán que regresar a trabajar y entonces ellos podrían cuidarlos.
Han sido días complicados para miles de padres de familia, para que sus hijos sigan las clases y ellos puedan salir a trabajar o hacer home office.
“Soy mamá, soy profesora a nivel primaria, cuido a mis hijos, me hago cargo del hogar, si algo hace falta tengo que salir a comprarlo, regreso. Los dejo encerraditos, porque no hay quien los cuide en lo que salgo y regreso. Es algo maratónico, pero como yo estoy trabajando, todos los papás, nada más que yo estoy en casa y los demás salen”. Cristina Torres, Maestra:
Cristina tiene que hacer malabares entre mover al sartén de la comida, atender que su hija siga sus clases, ella también da clases a alumnos de primaria, cuida a su hijo de 1 año, que apenas se descuida y hace travesuras como cualquier niño de su edad. Y es que también las guarderías están cerradas.
La maestra Cristina tiene varios roles durante el día.
También tiene que compartir la computadora con su hija.
“Ahorita ella tiene sesión con su maestra y luego yo de 7 a 8 tomo un curso en línea”. Cristina Torres, Maestra:
Así es la vida de los padres de familia, en estos días de pandemia, en donde la paciencia es la única salida. Información Noticieros Televisa