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En mayo de 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó a quienes afirmaban que, por la pandemia de Covid-19, la economía del país se vería afectada y que el producto interno bruto (PIB) disminuiría respecto a 2019. Varias veces dijo que el PIB no servía para medir el bienestar de una sociedad o el desarrollo individual de cada persona.
El 6 de mayo de ese año, durante su conferencia de prensa, dijo que “…hay que buscar nuevos conceptos. En vez de crecimiento, hablar de desarrollo; en vez de producto interno bruto, hablar de bienestar; en vez de lo material, pensar en lo espiritual. Hay que cambiar ya con todo eso y no creer tanto en esas cosas”.
Dos semanas después, el 21 de mayo, anunció: “Estoy ahora trabajando sobre un índice para medir bienestar, un índice alternativo al llamado Producto Interno Bruto… un nuevo parámetro que va a medir, sí, crecimiento, pero también bienestar, también grados de desigualdad social… y otro ingrediente en este nuevo parámetro… la felicidad del pueblo… Estoy elaborando la fórmula, la vamos a aplicar en México… Tiene que haber crecimiento… con felicidad”.
Han transcurrido tres años, 6 meses y nueve días desde que AMLO presumiera que estaba “trabajando sobre un índice para medir bienestar, un índice alternativo al llamado Producto Interno Bruto” y todo parece indicar que ese “nuevo parámetro” no lo veremos nunca.
Y no es que anunciara nada nuevo el presidente ese día de mayo porque, aparte del PIB, desde hace muchos años existen diversas organizaciones nacionales e internacionales que, como AMLO, reconocen las limitaciones del PIB y miden diversos aspectos que tienen que ver con la felicidad y el bienestar de las personas.
Desde 2012, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) elabora su Índice de Global de Felicidad que mide seis factores en 160 países: PIB per cápita, esperanza de vida, generosidad, apoyo social, libertad y corrupción.
Desde 1990, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Humano elabora cada año el Informe de Desarrollo Humano que consta de tres índices: el de Desarrollo humano ajustado por la desigualdad, el de Desigualdad de género y, el de Pobreza multidimensional. En 2022 incluyó a 190 países.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), elabora desde 2011 su Índice para una Vida Mejor que compara algunos de factores clave, “como la educación, la vivienda, el medio ambiente, etc., que contribuyen al bienestar en 41 países”, los 38 miembros de la OCDE (México incluido) y tres países que no son miembros.
Ayer, olvidándose de sus anteriores críticas al PIB, Andrés Manuel presumió, como lo hicieron sus antecesores en el cargo, que nuestra economía es la 11 del mundo, de acuerdo con dicha medición. Pronosticó que en lo económico México pronto será una potencia.
Ignoro de donde obtuvo su dato en vista de que, para el Fondo Monetario Internacional la de México es la 12ª economía mundial, para el Banco Mundial es la 14ª y para la ONU la 15ª.
Y si de medir el bienestar se trata, nuestro país quedó en el 36º lugar en el Índice Mundial de la Felicidad 2023, en el 86º en el Índice de Desarrollo Humano y en el 39º en el Índice para una Vida Mejor 2020. Nada para presumir.
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Información Radio Fórmula