“Paridad”

Por Yuriria Sierra

250 diputadas y 250 diputados. Se configuró una Cámara de Diputados que responde a un principio de paridad. Mitad y mitad. Lo referimos aquí hace unas semanas: esto es resultado de un trabajo de muchísimos años y que tuvo su más cercano antecedente en la elección de 2018, pero, para la instalación de la Legislatura que inició hace un par de días, el INE tuvo que modificar la asignación de diputaciones por el principio de representación proporcional, para así incrementar de 248 a 250 las curules que serían ocupadas por mujeres. Esto se logró a partir del penoso papel que hizo Daniel Martínez Terrazas, un candidato del PAN, junto con su suplente, quienes se registraron como representantes de una comunidad indígena, sin pertenecer a ella; gandallismo, por decir lo menos. El instituto acreditó su tranza y resolvió que no merecían ocupar la diputación; también revocó la constancia a Javier Octavio Herrera del Verde y a su suplente, porque este grupo político tuvo el menor número en la conformación de la cámara; en su lugar llegaron las fórmulas de Ana Laura Valenzuela (PAN) y de Santi Montemayor (PVEM). San Lázaro quedó mitad y mitad.

“Hoy es un día histórico, damos un paso importante de la paridad en todo y con ello logramos hacer efectivos los derechos de igualdad sustantiva, dignidad y no discriminación”, sentenció Carla Humphrey, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación del INE; porque sí, sin duda, el movimiento demostró que pueden utilizarse los lineamientos y las leyes a favor de la integración de todos, más cuando hay quienes buscan aprovecharlas en su beneficio, como quiso hacerlo Terrazas.

Como siempre, el trabajo duro empieza en las instancias que deben encargarse de dar seguimiento a estas nuevas estructuras institucionales. Escribí hace tres semanas, cuando se revelaron los nombres de quienes quedarían a cargo de las coordinaciones parlamentarias: “Ya están listos los nuevos coordinadores parlamentarios para la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados y es claro que aquellos pasos dados desde el INE para la configuración de las candidaturas han quedado en el olvido. Siete partidos, siete nombres: Jorge Romero, por el PAN; Rubén Moreira, PRI; Luis Espinosa Cházaro, PRD; Jorge Álvarez, Movimiento Ciudadano; Carlos Puente, Partido Verde; Alberto Anaya, PT, e Ignacio Mier, por Morena, ¿lo notó?”. Otra vez esa barrera que impide la llegada de mujeres a posiciones de liderazgo. Con el inicio de los trabajos de la LXV Legislatura se confirmó que la Junta de Coordinación Política se configuró como un Club de Toby.

Lo anotó el Imco hace unos días: está legislatura tendrá en sus manos dos pendientes con efecto inmediato en el papel de las mujeres, uno es la reforma sobre la igualdad salarial, porque en México, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer recibe 87, un sinsentido cuando se hace el mismo trabajo; también la reforma sobre el Sistema Universal de Cuidado, porque nuestro país por cada 12 mujeres que no son económicamente activas, por hacerse cargo de las labores domésticas, sólo un hombre se encuentra en esa condición.

Ana Lambarri y Fernanda Avendaño, investigadoras del Imco, y que han seguido este tema, subrayan: “Contar con mujeres en puestos clave y perspectiva de género en las decisiones no es un capricho. Permite aprovechar el talento femenino y la diversidad de ideas, e impulsar un gobierno más inclusivo que tome en cuenta las necesidades de toda la población…”. En este espacio le hemos dicho insistentemente: la paridad, la igualdad de posibilidades para hombres y mujeres para acceder a puestos de liderazgo, es una obligación del Estado. Somos más de 7 mil 800 millones de habitantes en el mundo, la mitad son hombres y la otra, mujeres, aun así, las oportunidades siguen siendo desiguales. Esto debe cambiar no sólo en papel, sino en el ejercicio cotidiano de la función pública y la práctica privada. No soltemos el tema hasta lograr que así sea. Información Excelsior.com.mx