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Patíbulo para los viejitos

Por Francisco Garfias

Mi abuelo decía “enero y febrero, desviejadero”. Había un dejo de temor en esas palabras derivado de sus ochenta y tantos años de edad.

Se refería a que en el invierno aumentaban las defunciones de personas de edad avanzada, debido al clima frío de la época en San Luis Potosí, donde vivíamos. Nunca se me olvidó.

Lo traigo a cuento porque ahora, con el coronavirus, los llamados adultos mayores están en primera línea para irse al otro mundo en caso de saturación del sistema de salud.

Y no sólo por la baja en las defensas del cuerpo que viene con la edad (95% de los fallecidos en Europa tenían más de 65 años, según Le Monde), sino porque son los primeros a los que van a sacrificar en caso de escasez de ventiladores u otros insumos. Se va a dar prioridad a los más jóvenes.

Es lo que plantea la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica del Consejo de Salubridad General, que marca las decisiones que deberán tomarse en caso de saturación en los hospitales y clínicas.

Va textual lo que dice la Guía Bioética sobre los criterios del Consejo General de Salubridad.

“En un primer momento se deberá recurrir al principio vida-por completarse. Ello quiere decir que pacientes más jóvenes han de recibir atención de cuidados intensivos sobre pacientes de mayor edad”.

Las categorías propuestas: 0-12 años llevan preferencia; de 12-49; de 50-60; de 61-75 y más 75. Sobre todos tiene prioridad el personal de salud que lidia con los contagiados”.

Más: “Si el principio vida-por-completar no desempata a los pacientes, entonces la decisión sobre quién recibirá el acceso a los recursos escasos deberá tomarse al azar” (un volado). Para redondear el panorama: si usted padece de alguna enfermedad crónico-degenerativa, como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, obesidad o problemas cardiacos, también está enfilado al patíbulo.

Son muchos los que apoyan la citada guía. La lógica de dar prioridad a los más jóvenes. A mí, francamente, me parece que hay exclusión con los adultos mayores. Han cotizado toda su vida al Seguro para que, al final, los hagan a un lado.

En España y en Italia, donde los sistemas de salud fueron rebasados, hubo denuncias de que lo ventiladores se les retiraban a los viejitos para dar prioridad a los jóvenes.

¿Llegaremos a lo mismo? Nos lo están avisando.

* AMLO ofreció adelantar la consulta para la revocación de mandato para el 6 de julio del 2021, fecha de las elecciones intermedias. Si yo fuese legislador de oposición, le tomaría la palabra, a condición de que lo organice el INE y se garantice el “piso parejo”. Pero no soy ingenuo. La oposición tampoco. Todos le dijeron ¡NO!

Por la forma como ha manejado la pandemia, AMLO saldrá muy debilitado. Jacques Attali, otrora consejero especial de François Mitterrand, hizo la siguiente predicción en un artículo que tituló ¿Qué va a nacer?:

“Si los poderes se revelan incapaces de controlar la tragedia… todos los fundamentos ideológicos de la autoridad entrarán en crisis para ser reemplazados… por un nuevo modelo fundado en otro tipo de autoridad y por la confianza en otro sistema de valores”.

* Vaya que caló a los chairos la salida de Lilly Téllez de la bancada de Morena en el Senado. Fue tendencia en Twitter. Fueron rudos. Criticaron desde un enfoque equivocado. Morena le pidió ser candidata al Senado y no al revés, como afirman los que la ofenden.

Sus posturas contra el aborto coinciden con las de AMLO. Lo sabían en Morena cuando la buscaron. Sus diferencias con los radicales del grupo eran públicas. Hasta un juicio intentaron para echarla de la bancada. Los bateó el Tribunal.

Su salida estaba cantada. Violó los códigos mesiánicos. Criticó la visita de AMLO a la madre del Chapo. La gota fue el tuit en el que reconoce la franqueza del gobernador Jaime Bonilla, quien admite que en las clínicas del IMSS en BC “los médicos caen como moscas”.

“Me quedo como senadora sin partido, comprometida a seguir hablando como ahora”, escribió en Twitter.

* Cierro con una buena: el acuerdo firmado el lunes por dueños de los hospitales privados y el gobierno federal para aligerar el flujo de pacientes de COVID-19 en el sector público.

No es exagerado decir que es un acto de solidaridad con el pueblo de México que no habíamos visto en la historia reciente. Ese gesto se traduce en tres mil camas adicionales que podrán salvar otras tantas vidas y más.Información Excelsior.com.mx

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