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Cuando se es joven, los riesgos pasan a segundo plano, mientras que el deseo de adrenalina de multiplica. No hay mejor ejemplo que el llamado “muelle” o “ruleta sexual”, un peligroso juego sexual que nació hace varios años en Colombia, pero en lugar de desvanecerse como ocurre con varias modas, se propagó como pólvora por gran parte de Hispanoamérica.
Medellín fue el nido para que en 2013 “el muelle” se convirtiera en el juego predilecto de los jóvenes que buscan la mezcla entre adrenalina y retos sexuales.
El modus operandi de “la ruleta sexual” inicia cuando un grupo de adolescentes pacta una reunión completamente desnudos; enseguida, los varones se colocan en fila o círculo exhibiendo sus erecciones para que las mujeres se acerquen, busquen y fuercen a la penetración, o bien, se decidan por el sexo oral.
Por un periodo limitado, regularmente son 30 segundos, los participantes sostienen relaciones sexuales sin inhibición, pero una vez culminado el tiempo, sin más, cambian de pareja y continúan con la experiencia que pone en riesgo su salud.
Según las reglas, el ganador es aquel joven que tarde más en eyacular y la ganadora es la mujer que logre complacer a este último varón.
Además del riesgo de sostener relaciones sexuales sin protección, regularmente, durante estas reuniones, los menores de edad consumen alcohol y otras drogas.
Las consecuencias de “el muelle” son obvias, desde embarazos no deseados, pasando por la infección de enfermadas sexuales, hasta un desgarre genital entre los participantes. Información Tv Notas
