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Celestún, Yuc., 1 de septiembre.- Una lancha interceptora identificada como “Rigel” No. PI-1107, a cargo de la Secretaría de Marina (SEMAR), presuntamente les golpeó de manera accidental, ayer, cuando se encontraba en altamar, a unas dos millas náuticas, al barco de mediana altura “Cristo de Amor”, propiedad del empresario pesquero, Gaspar Noé Marín Cohuó (a) “La Blanca”.
Su dueño dijo, que el incidente pudo haber sido trágico, si el golpe que se registró en lado izquierdo de la proa, que ocasionó una ranura que perforó las dos capas del barco, hubiera sido un poco más abajo, lo que ocasionaría su hundimiento.
Lo raro es que en las actas elaboradas por la detención del barco y su producto en calidad de depositario, no mencionan el percance, que pudo haberle costado la vida a la tripulación. No veo porque tratarnos de esa manera, si la unidad se detuvo tan pronto lo solicitaron los ocupantes de la lancha interceptora, recalcó Marín Cohuó.
A bordo del “Cristo de Amor”, con matrícula 31031426231, que permaneció casi dos semanas en alta mar, se encontraban: Agustín Gómez Chuc, de 73 años, (a) la “Perrita”, patrón del barco.
Así como Marcos Antonio Alcocer Padilla de 23; Luis Felipe Garrido Cohuó, de 57; lo mismo que los hermanos, Sergio Jesús y Jesús Agustín Padilla Cruz, de 25 y 26 años, respectivamente.
“No sabíamos que hacer, la verdad me impresionó mucho, pues a mi edad, siempre he sido pescador, y no había tenido ningún incidente como éste”, comentó don Agustín Gómez, patrón.
Dos de los ocupantes comentaron también, que los marinos dijeron en voz alta, cuando les ordenaron detenerse y llegaron cerca de ellos, que “ya los estábamos esperando, pues son sospechosos de traer algo ilícito”.
“Cuando la lancha interceptora llegó cerca de nosotros, comenzó a virar en círculo, fue en ese momento cuando el que la guiaba se acercó demasiado, y se produjo el golpe seco que meció con fuerza el barco, como podrá apreciarse también en la lancha de los marinos”, indicaron sus compañeros.
El barco citado que se mantiene en requisa, traía a bordo mil 800 kilos de canané congelado, mismo que fue descargado anoche por personal del mismo comerciante pesquero, ya que en la Acta de Inspección DGIV-Yuc-300819194/01, y en la orden de inspección No. DGIV/Yuc-0108/2019, aparece como depositario.
En esos mismos documentos la SEMAR hizo constar que el barco navega con permiso vencido de pesca, ya que el presentado, tiene vigencia del 8 de agosto de 2017, al 8 de agosto de 2019.
Sobre el particular, el dueño del barco mostró la solicitud de pesca comercial (renovación del permiso) para la captura de especies de escama marina en el litoral del Golfo de México y Mar Caribe, que se envió a Conapesca, con sede en Mazatlán, Sinaloa, desde el 7 de mayo pasado (tres meses antes) tal como lo establece la ley de pesca, pero sin embargo hasta ahora no han recibido el nuevo permiso.
“El barco no puede ser multado, porque su tripulación no tenga el permiso de captura, pues la concesión la tenemos por normativa, y si no lo llevan a bordo, es porque, sencillamente, por trámites burocráticos de Conapesca, no los ha entregado”, aseguró “La Blanca”.
“La gente del puerto, no pueden esperar trámites burocráticos, tienen hambre; y nosotros tampoco, porque si paramos, nuestra bodega se queda sin actividad, y en consecuencia sin dinero, lo que en verdad sería una catástrofe”, aseveró Marín Cohuó.
“De antemano sé que se trató de un accidente, pero un accidente que va a como depositario.
En esos mismos documentos la SEMAR hizo constar que el barco navega con permiso vencido de pesca, ya que el presentado, tiene vigencia del 8 de agosto de 2017, al 8 de agosto de 2019.
Sobre el particular, el dueño del barco mostró la solicitud de pesca comercial (renovación del permiso) para la captura de especies de escama marina en el litoral del Golfo de México y Mar Caribe, que se envió a Conapesca, con sede en Mazatlán, Sinaloa, desde el 7 de mayo pasado (tres meses antes) tal como lo establece la ley de pesca, pero sin embargo hasta ahora no han recibido el nuevo permiso.
“El barco no puede ser multado, porque su tripulación no tenga el permiso de captura, pues la concesión la tenemos por normativa, y si no lo llevan a bordo, es porque, sencillamente, por trámites burocráticos de Conapesca, no los ha entregado”, mencionó “La Blanca”.
“La gente del puerto, no pueden esperar trámites burocráticos, tienen hambre; y nosotros tampoco, porque si paramos, nuestra bodega se queda sin actividad, y en consecuencia sin dinero, lo que en verdad sería una catástrofe”, aseveró Marín Cohuó.
“De antemano sé que se trató de un accidente, pero un accidente que va a costarme mucho dinero, pues para repararla se requiere desmantelar algunas partes, tomando en cuenta, además, que el barco estará varado por algunos meses”, y los daños atravesaron las dos capas del costado de la proa, finalizó.
