Familias y vecinos de Xcalachén manifestaron al alcalde Mauricio Vila su deseo de que al Festival de la Chicharra se vuelva permanente ya que consideran un orgullo que su colonia sea la sede de una tradición con la que se identifican, disfrutan y comparten con sus seres queridos.
Ojalá que se vuelva tradición este Festival de la Chicharra porque Xcalachén merece ser lo que fue hace años, cuando personas de todos los rumbos de Mérida venían a comprar aquí y nos iba mejor a todos los comerciantes, indicó la señora Herlinda González, propietaria de la tienda La Florida.
Entusiasmada según dijo al ver “a tanta gente” que acudió este sábado al primer Festival de la Chicharra, la vecina comentó que desde más de 35 años vive en ese lugar.
—Aquí con ayuda de mis hijas levanté esta tienda, a la que muchos que acudían a comprar chicharra luego pasaban por sus refrescos… Era una buena época para todos —añadió.
Consideró un acierto la organización del festival “para que la gente recuerde lo que era Xcalachén y compruebe que aquí está la mejor chicharra de todo Mérida”.
Oswaldo Cabrera Torres, vecino y propietario de una maderería del rumbo dijo que por primera vez desde que era niño no veía algo así en Xcalachén.
-Ojalá y el alcalde lo deje para siempre, esta zona necesita empleos, necesita espacios de convivencia sana para toda la familia,-dijo, además de que nos da orgullo que nos distingan sobre otros rumbos de la ciudad. Me hubiera gustado aportar algo a este evento,-manifestó.
La familia del comerciante también vivió durante muchos años cerca de la tienda la “Estrellita del Sur” donde también vivieron las familias Ruiz Góngora, y cerca de la 95, los Manzanilla, los Ching, y los Cruz Nun de ascendencia china, de los Pérez Campos, la familia Salazar, que fabricaba anafres y los Iuit Gamboa, propietarios del molino Xcalachén.
José Luis Ramírez Valencia y su esposa Luisa Esther Salazar quienes acudieron desde temprano a la zona “para comer rico y pasar un buen rato” manifestaron que este Festival debe quedarse porque fomenta orgullo e identidad en los vecinos de la zona.
—Este festival me parece maravilloso y lo estoy esperando desde que se anunció —expresó el señor Ramírez.
Otro de los asistentes, Víctor Estrella también consideró positivo que las autoridades impulsen tradiciones yucatecas como la “chicharreada” familiar. —Ojalá este festival se vuelva una tradición —destacó.
De igual manera se expresó Renán Pérez y agregó que este primer festival ha sido una gran experiencia de convivencia.
—Ya se habían tardado en hacerlo, pues comer chicharra con la familia es algo que a los yucatecos nos distingue y nos gusta mucho —dijo por su parte.
La familia Azcorra Baeza, integrada por Juan Azcorra, Bertha Baeza y sus hijos Marina y Juan, vecinos también llegaron temprano al Festival. Los niños tuvieron tiempo de disfrutar las carreras argentinas y el concurso de palo encebado mientras don Juan hacía fila para comprar chicharra.
Poco después de la una de la tarde, ya cómodamente instalados en las mesas que dispuso el Ayuntamiento bajo toldos que protegían de los fuertes rayos del sol, comían y platicaban animadamente.
—Es bueno que las autoridades se preocupen por fomentar este tipo de eventos, que además de conservar nuestra tradicional chicharra, permite que pasemos un divertido día con nuestros hijos —dijo el señor Azcorra.