Al decidir tener un bebé se sabe que la vida de los papás va a cambiar y que la privación de sueño será inevitable.
Kelly Sullivan, profesora asistente de epidemiología en el Colegio de Salud Pública Jiann-Ping Hsu en Georgia Southern University, estudia la falta de sueño en las madres. Kelly dice que cuando se comparan los patrones de sueño de las mujeres sin hijos con las de las madres, las diferencias son obvias, incluso después de que el bebé ha dejado atrás la ropa de recién nacido.
En una encuesta informal de padres primerizos en el Reino Unido encontró que los padres pierden 44 días de sueño durante el primer año de vida de un bebé.
Según Sullivan, la privación crónica del sueño puede tener consecuencias graves, se asocia con un aumento de accidentes, problemas de concentración, bajo rendimiento en el trabajo, en la escuela y posiblemente aumento de la enfermedad y peso.
La investigación de Sullivan, con más 5,800 adultos, mostró que los padres no están tan afectados por la pérdida de sueño como las madres.
El único factor que se asoció de forma independiente con el sueño insuficiente para las mujeres fue tener hijos en el hogar… La perdida de sueño de los hombres no se asoció con tener hijos” dice Sullivan.
Sullivan dice que los factores biológicos como el embarazo y las demandas de la lactancia podrían explicar por qué las mujeres descansan menos.
Sullivan señala que, si bien la infancia es un período particularmente difícil para los padres, las exigencias de la crianza no se limitan a esos primeros días. Por eso las madres deberían priorizar el descanso incluso cuando los niños superan la etapa del recién nacido y se dirigen a la infancia.
Dormir bien es algo que pasa de la noche a la mañana con un nuevo bebé en casa, sin embargo hay que olvidar que sucederá. Información Noticieros Televisa