Un estudio ha hallado por primera vez que la placenta puede ser la pieza “perdida” en la relación que hay entre riesgos genéticos y enfermedades mentales como la esquizofrenia, según publica hoy la revista Nature Medicine.
La investigación, a cargo del Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro de Baltimore (EE.UU.), puede ayudar a los científicos a predecir quién puede estar en peligro de desarrollar enfermedades mentales y, por tanto, desarrollar tratamientos para mejorar la salud de la placenta, indica la publicación.
Los expertos han observado que muchos genes asociados a un riesgo de desarrollar esquizofrenia parecían alterar indirectamente el desarrollo del cerebro en las primeras etapas de vida, al influir en la salud de la placenta.
Este análisis ha mostrado que estos genes se “activan” en la placenta durante embarazos complicados.
Según los expertos, estudios anteriores se habían centrado en cómo genes relacionados con desórdenes del comportamiento alteraban directamente el desarrollo prenatal del cerebro.
Los investigadores han puntualizado que la placenta es aún un órgano humano al que se descuida a pesar de su importancia para suministrar nutrientes vitales para el desarrollo prenatal.
La placenta, añaden, es el único órgano del cuerpo humano que no es enviado al laboratorio para su análisis.
Durante más de un cuarto de siglo, el desarrollo cerebral durante el embarazo y poco después del nacimiento era considerado vital para fundamentar la hipótesis de que la esquizofrenia es un desorden de neurodesarrollo, sin embargo los mecanismos biológicos que influían en ello no han sido bien entendidos, señala el estudio.
Los investigadores del Instituto Lieber estudiaron los casos de 2.800 adultos de distintos países, de los que 2.038 tenían esquizofrenia, lo que les permitió observar una importante interacción entre los genes asociados con el riesgo de esquizofrenia y posibles complicaciones en el embarazo.
Esto permitió hacer una serie de análisis en numerosas muestras de placenta, especialmente en gestaciones complicadas.
“Los resultados sorprendentes de este estudio hacen que la placenta sea la pieza central de un nuevo campo de investigación biológica que relaciona cómo los genes y el medio ambiente interactúan para alterar la trayectoria del desarrollo del cerebro humano”, señaló el líder del estudio, Daniel Weinberger. Información Noticiasmvs.com