México.- Un bebé que no escucha, no ve a los ojos a la madre, no sonríe y en general tiene poca expresión de tipo emocional, podría dar indicios de autismo en una etapa temprana, indicó la psiquiatra adscrita a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) de Pediatría del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Nora Adriana González Reyes.
En el marco del Día Mundial del Orgullo Autista (18 de junio), dijo que es muy importante poner atención a dicha sintomatología; en etapas posteriores el menor podría tener problemas para integrarse a grupos sociales y para comunicarse de manera verbal y no verbal, produciéndose ecolalia, es decir, repetición de los mismos sonidos.
“Suelen tener intereses restrictivos, muy individualizados, con predilección a actividades manuales. No toleran el cambio de ambiente, cierto tipo de texturas, sus movimientos pueden ser también repetitivos, como aleteos, aplausos, se balancean sobre su mismo eje, no gustan del contacto físico y pueden tener cuadros severos de agitación o agresividad”.
El abordaje, continuó la especialista, debe ser multidisciplinario, desde la Genética, para descartar alguna comorbilidad, Neurología para descartar alguna lesión cerebral, Psicología para evaluar el nivel de desarrollo del paciente y Psiquiatría, para hacer un abordaje de la conducta y las emociones del paciente.
González Reyes destacó que con un tratamiento adecuado y oportuno, muchos pacientes tienen una vida sumamente funcional, por lo que el trastorno del espectro autista no debe asociarse a discapacidad. Cada caso deberá ser evaluado en lo particular y llevar un abordaje médico y familiar de acuerdo a sus características.
El diagnóstico de autismo puede ser válido y consistente desde los 14 meses de edad, asegurando así tratamientos efectivos, afirmó un estudio publicado por la Universidad de California San Diego (UC).
“Los resultados de los niños con autismo puedan mejorar si el tratamiento ocurre durante este período de rápido crecimiento cerebral, en lugar de (hacerse) después, lo que es más común”, anotó Karen Pierce, profesora de Neurociencias y codirectora del Centro de Excelencia para el Autismo de UC San Diego.
La investigación de UC considera que el Desorden del Espectro de Autismo (ASD, por su sigla en inglés) “tiene sus orígenes en la vida prenatal, más posiblemente durante el primer o segundo trimestre de embarazo”.
La investigadora recalcó la importancia de comenzar un tratamiento lo más temprano posible en lugar de esperar a evaluaciones a los tres o cuatro años de edad.
El informe resaltó que, como consecuencia, los primeros síntomas de autismo en los infantes, como no responder a su nombre o no interactuar positivamente con otros niños, se presentan alrededor de su primer año de edad. Información debate.com.mx