Por Francisco Zea
Me cuesta mucho trabajo entender al equipo de comunicación del presidente López Obrador. Para qué demonios ir a Jalisco a normalizar la relación entre el mandatario y el gobernador Alfaro, para luego sembrarle en la conferencia mañanera a “reconocidas youtuberas”, conocidísimas y con un prestigio incuestionable, para que traten de dejar mal al gobernador.
Yo estimo que, si el Presidente va a Jalisco y ofrece un discurso conciliador y ofrece su ayuda a Enrique Alfaro, es porque sus diferencias fueron zanjadas y de forma real piensa que tenemos que encontrar formas de trabajo conjunto en favor de todos los mexicanos. Dudo mucho que el ciudadano vaya a la entidad para lograr un acercamiento y posteriormente instruya a su equipo de comunicación social, que es algo más o menos inexistente, si no se toman en cuenta sus divertidos “bots” en las redes, a que se frieguen a Alfaro. Esta conducta me parecería, más que enferma, esquizofrénica.
Por eso creo que, siendo consecuentes con lo que opinan muchos de los actores políticos de este país, el Presidente tiene a su alrededor un grupo de “tontos útiles”, que se convierten en pendejos inútiles, pero profundamente peligrosos porque tienen iniciativa. En las épocas doradas de la URSS un poljezny idiot era un simpatizante de la Unión Soviética en los países occidentales que, finalmente, era tratado con desdén y era utilizado. Pues tal cual, me parece que hoy en día el Presidente tiene idiotas útiles que se convierten en un peligro para su gestión. Pues con la iniciativa que tienen, lejos de defenderlo, lo único que causan son fisuras muy peligrosas para el rumbo de la República. El grave problema es que, quienes hoy acompañan en materia de comunicación al ciudadano Presidente tienen, en todos los sentidos, un tamaño diminuto. Intelectualmente están más derrotados que la oposición. Son poco analíticos y reflexivos y cargaban en contra de todo y todos, sin saber que, en estos días tan aciagos y confusos, es imperante el uso del sentido común, algo que ignoran en las catacumbas de mensaje social en Palacio Nacional. La verdad es que no puedo culparlos, su capacidad intelectual es tan pequeña como su propia talla y creen que activar una maquinaria, que cuesta mucho dinero, en contra de un gobernador y comunicadores, es actuar en favor del Presidente, cuando le están causando un daño tremendo.
Me encantaría que el “enanerío” que hoy se siente dueño del palacio evaluara, que tarde o temprano, la terrible estrategia que tiene al Presidente perdiendo popularidad por minuto, va a hacer que Andrés los mande muy lejos, y cuando revise la cantidad de dinero que se gastaron en redes sociales fregando a diestra y siniestra, quizá terminen en la cárcel.
Tengo buena mano para eso de decirles a algunos políticos soberbios que van a acabar con el pijama de rayas. Se lo dije a César Duarte y a su equipo de frente, igual a Roberto Borge. En ese entonces, cuando estaban en la cúspide del poder, su respuesta fue desdeñosa. Normal. Pero reitero una frase que tanto ofende a los idiotas: “El poder a los inteligentes los marea, pero a los pendejos los vuelve locos”.
A mí me queda claro que el gobierno de la 4T está entrando en su momento decisivo. La oportunidad real de refundir a las pinches ratas de otros gobiernos que se robaron hasta el aire. El próximo big brother Lozoya style sin duda será muy interesante. ¿Quiénes y cuántos serán exhibidos como ratas? Y ahora sí será momento de tomar decisiones políticas que de una vez por todas demuestren que López Obrador, lejos del discurso, sí tiene una vocación en contra de los que han saqueado este país.
Empieza mal la historia desapareciendo al detenido y mandando un señuelo, pero puedo entender que es una estrategia incluso para cuidar su vida. Pero si lejos de resultados reales, de meter a la cárcel a personajes que robaron, la conclusión del asunto será una estrategia simplona y quemada vía Twitter, como le gusta al señor de comunicación social, el fracaso será insuperable.
La verdad le debería de dar pena al responsable de comunicación de la Presidencia gastar tanto dinero en descalificar a sus enemigos, que, ojo, no son los enemigos del Presidente. Se está gastando la lana del pueblo y que el Presidente, supuestamente, ahorra con muchos sacrificios, en combatir a sus enemigos y no a los de la 4T. A eso algunos le denominan mezquindad. ¡Sin duda le haces falta al Presidente, amigo!. Información Excelsior.com.mx