Estuvo desaparecida por 14 años, pero el 10 de febrero, la familia de Verónica Montes Domínguez por fin pudo encontrar a su ser querido. A pesar de las pistas falsas y la cerrazón de las autoridades, su hijo Jesús Gilberto nunca se rindió.
La señora Montes Domínguez padecía esquizofrenia. En 1997, cuando Jesús Gilberto tenía 3 años de edad, su madre lo abandonó a la orilla de un río de Chihuahua. Debido a la condición de su salud mental, el DIF recogió a su hijo y se encargó de colocarlo en diversos hogares.
Pero hace 14 años, al enterarse de la pérdida de su otro hijo, la señora desapareció sin rastro de su residencia en Ciudad Juárez, aparente víctima de la detonación de un grave episodio mental. En 2016, Jesús se puso en contacto con el lado materno de su familia, y fue así como tuvo conocimiento de lo ocurrido:
A los 12 años me enteré de que mi mamá estaba desaparecida, nadie sabía nada de ella desde un año antes. Un día ya no supieron más.
En la Fiscalía General del Estado, bajo la sección de Zona Centro, aún se guarda la ficha con los datos de la señora Montes: nacida en 1971, de 1.70 metros de estatura, de piel morena clara. Tras catorce años de protocolos de búsqueda, las autoridades nunca arrojaron ni una pista para dar con su ubicación.
Fueron años de citas en la Fiscalía, de llamadas en las que me decían que iban a buscarla, pero no. Gobierno tras Gobierno, al caso de mi mamá le daban carpetazo.
Los esfuerzos de Jesús se vieron interrumpidos en 2014 cuando fue diagnosticado con leucemia. El joven tuvo que someterse a tratamiento, y no fue sino hasta inicios de 2018 que resumió su búsqueda, solo que esta vez lo hizo a través de Facebook, y con el apoyo de su novia Diana.
Así comenzaba su primera publicación:
Imagina 2 décadas sin ver a tu mamá, y saber que desde hace 14 años se encuentra extraviada, sin que nadie más tenga razón de ella, sin saber si come o duerme bien, si le han hecho daño… Bueno, pues este es mi caso…
Jesús y su pareja viajaron a Ciudad Juárez, donde su madre fue vista por última vez, “Me dijeron que estaba en Juárez, que andaba en el Centro, por la Catedral. Ahí la buscamos, pero no tuvimos suerte, nos decían que sí había estado ahí, que seguramente regresaría, pero no la vimos”.
Jesús no se rindió y publicó actualizaciones con regularidad en Facebook. Mientras la información se compartía por todo el país, esto, a su vez, generaba respuestas de gente que presuntamente había visto a la señora deambulando por las calles, en condición de indigente.
La mejor prueba de que la madre de Jesús seguía con vida vino de la Ciudad de México. Una persona se comunicó con Diana y le contó que, en un momento de lucidez, una mujer que deambulaba por la zona se identificó como Verónica Montes Domínguez, originaria de Chihuahua y madre de dos hijos.
La señora fue vista en la Central de Abasto, alcaldía de Iztapalapa. Cuando Jesús vio la foto, de inmediato lo supo, “encontramos a mi mamá”.
Mi novia me decía que cómo era posible que supiera que no era ella si hacía más de 20 años que no la veía. La verdad es que yo no tengo recuerdos de ella, pero es de esas cosas que se saben.
La pareja compró boletos de avión para ellos y una tía y viajaron a la CDMX el 8 de febrero. “Sin conocer la ciudad y con el presupuesto justo”, recorrieron las 327 hectáreas de la Central de Abastos sin dar con el paradero de la mujer desaparecida.
El 9 de febrero, pasaron primero por la Procuraduría General de Justicia de la CDMX para imprimir volantes. Sin embargo, fue un día largo que no dio muchos resultados. Cuenta Diana:
Ese día, desde medio día, un taxista sin cobrarnos nos ayudó todo el día hasta casi medianoche para hacer más fácil la búsqueda. Ese día tampoco tuvimos éxito, solo sabíamos que estábamos muy cerca pero al mismo tiempo muy lejos.
Al día siguiente, a las 14 horas del 10 de febrero, tenían que abordar el vuelo que los llevaría de vuelta a Chihuahua. A todas luces, parecía que iban a regresar con las manos vacías.
Aunque Vero seguía ahí, no se cruzaban nuestros caminos. Justo en el segundo en que dijimos; ‘vámonos! no lo logramos’, justo en ese segundo, sonó mi celular y me llegaba una foto de mi suegra vagando por otro municipio lejos de ahí.
La señora fue vista deambulando por Los Reyes La Paz. Unas personas que habían visto las publicaciones en Facebook la identificaron y la invitaron a comer para que no se escapara a otro lado. Jesús, su novia y su tía se apresuraron para tomar un taxi que los llevó a este municipio del Estado de México.
Ahí estaba ella, sentadita, lastimada, casi olvidada, con una imagen tan triste como la de miles de indigentes allá en México, con su mente en otro espacio, muy lejos de ahí. Reconoció de inmediato a su hermana, y recuerda a su hijo pero de 3 años (como lo vio la última vez), el tiempo para ella se paró, bloqueó todo lo que la dañó, que supongo ha de ser inimaginable.
Jesús y su familia tomaron un vuelo posterior a Chihuahua con un pasajero más. Al poco tiempo, Verónica Montes Domínguez estaría celebrando con los suyos su cumpleaños número 48.
Con información de El Diario de Juárez.