Eco en todo el país
De no ser por el ataque de uno de los tigres de Bengala, propiedad de Roberto Lozano Tamez, el empresario regiomontano hubiera seguido en libertad y probablemente nunca hubiera sido detenido por una orden de reaprehensión emitida en ese Estado por el delito de homicidio.
Agentes de la Fiscalía de Monterrey indicaron que se enteraron de la presencia de Lozano Tamez en nuestro Estado debido a que el ataque tuvo eco en todo el país.
El empresario regio, dueño del rancho Santa Cruz, en el municipio de Baca, no se escondió en el anonimato ni adoptó un bajo perfil.
Era activo en sus redes sociales y manejaba sus negocios: fue accionista de un casino en Mérida y distribuidor de “Remuvik”, productos para bajar de peso, en el sureste de México.
El año pasado Lozano Tamez participó en un juicio oral como víctima directa de un fraude por la compra de un departamento en Chicxulub Puerto valuado en poco más de 3.5 millones de pesos; aún así, estando cerca de las autoridades, no fue detenido a pesar de que para ese entonces contaba con una orden de reaprehensión en Nuevo León por homicidio.
Por lo pronto, Lozano Tamez se encuentra en franca recuperación en la cama 4 del área de Terapia Intensiva en la Clínica de Mérida.
En ese nosocomio hay agentes de la SSP y de la Policía de Nuevo León en espera de ejecutar la orden de reaprehensión para ponerlo a disposición del juez, a fin de que responda por el delito de homicidio calificado.
Asimismo, el empresario de Monterrey también enfrenta una denuncia penal ante la PGR por la posesión ilegal de los tigres de Bengala y en su momento podría recibir una condena de hasta 25 años de prisión.
La Profepa tiene abierta una investigación y lo multaría por no tener los permisos respectivos, cuya suma podría alcanzar los 4.000,000 de pesos. Información Diario de Yucatán