Especialistas recomiendan a la gente cambiar el uso de lentes de contacto por lentes de armazón durante estas semanas de alerta por la pandemia de coronavirus. Esto se debe a la facilidad de contraer el virus al momento de poner las manos sobre a la cara.
Aunque uno siempre debe de lavarse las manos con agua y jabón antes de ponerse o quitarse un pupilente, hay gente que se acostumbra a este procedimiento sin pasar las manos por el lavabo.
Los lentes de contacto también suelen provocar sensaciones de molestia en los ojos a cada rato, por lo que es normal que la gente se toque la cara con frecuencia.
“Te frotas los ojos, luego te frotas la cara, te rascas la cara, te pones los dedos en la boca y te pones los dedos en la nariz. Algunas personas no son muy higiénicas y pueden haberse olvidado de lavarse las manos primero”.
Así lo expresó Thomas Steinemann, portavoz clínico de la Academia Estadounidense de Oftalmología. “Tocas tu ojo y luego tocas otra parte de tu cuerpo”, alertó sobre esta reacción involuntaria que vuelve a la gente susceptible a contraer todo tipo de gérmenes.
Como una medida preventiva adicional para evitar el contagio de COVID-19, lo más seguro es optar por los lentes de armazón, al menos por estos días. Estos lentes además ofrecen una capa adicional de protección, aunque los especialistas señalan que no hay evidencia de poder contraer el coronavirus -o cualquier virus- por la vía ocular.
Si no tienes otra opción salvo los lentes de contacto -por ejemplo, para los usuarios de lentes rígidos- entonces procura desinfectarlos todos los días.
Aunque las probabilidades son remotas, el nuevo coronavirus es capaz de manifestarse en el ojo como una conjuntivitis viral, aunque solo en casos extraordinarios. Entre el 1 y el 3 por ciento de pacientes con COVID-19 en China y otras partes del mundo reportaron tener esta infección.
También conocida en inglés como pink eye, la conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, es decir, la capa delgada y transparente de tejido que cubre la parte blanca del ojo y el interior del párpado.
El doctor Steinemann, oftalmólogo del Centro Médico MetroHealth en Cleveland, dijo que la conjuntiva se presta al desarrollo de síntomas, al ser “una membrana mucosa modificada, como el interior de la boca o el interior de la nariz o la cavidad nasal y la faringe.”
“Es húmeda y agradable y hospitalaria para los virus, de hecho, hay muchos organismos que pueden adherirse fácilmente a su conjuntiva, o en realidad, adherirse a un lente de contacto que también descansa sobre su conjuntiva”.
La conjuntivitis puede ser extremadamente contagiosa cuando se transmite por el contacto con las secreciones oculares de una persona infectada. De tal forma, el coronavirus podría propagarse también al tocar el líquido de los ojos de una persona infectada, ya sea en su rostro o sobre una superficie contaminada.
No obstante, el hecho de tener conjuntivitis no indica que alguien puede padecer COVID-19. La conjuntivitis es tan común justo porque puede ser detonada por cualquier virus o bacteria; el nuevo coronavirus simplemente se ha sumado a la lista, lo que no fue motivo de sorpresa en la comunidad científica.
“Hay muchos organismos que pueden adherirse muy fácilmente a su conjuntiva, o para el caso, pegarse en una lente de contacto que también descansa sobre su conjuntiva”, dijo el doctor Steinemann.
La conjuntivitis también puede ser provocada por una reacción alérgica, por ejemplo, al humo o al polvo, a los champús, al cloro de la piscina e incluso a las gotas para los ojos.
Con información de la Academia Estadounidense de Oftalmología y CNN.